Con toda esta moda de los culos gigantes nos hemos olvidado de otro gran clásico que muchas sufrimos: ‘el culo carpeta’. Os recomiendo que no busquéis el término en Google porque yo lo he hecho y creo que hasta se me han caído unas lágrimas. Dios de mi vida. Forococheros diciendo que un culo carpeta es peor que un balazo en la frente, pijas de Vogue fustigándose por haber heredado uno de estos traseros y por supuesto las (estas sí divertidas) coñas de la Hora chanante.

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Amigas carpeteras, vosotras entenderéis que si Diosito os ha bendecido con uno de estos…

– Olvídate de ponerte monos/playsuits. Osea, puedes hacerlo claro, pero entonces jamás te mires a un espejo de espaldas si no quieres llorar.

– Los vestidos especialmente ceñidos no son lo que mejor te sienta. Aquí un ejemplo reciente con nuestra colega carpetera Amaia Montero…

– La expresión esa de ‘todo va al culo’ no aplica a nuestra especie. A mi se me va todo a la lorza directamente superior.

– No rellenas las bragas. En serio, esto sucede.

– Be careful con los leggins.

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– Como no abultas por detrás, la tripa que tengas parecerá todavía más grande.

– Si quieres resaltar el poco culo que tienes, tendrás que abonarte al tanga con todo lo que ello conlleva. Sí, es incómodo de cojones, pero es la única prenda que dará volumen a nuestros tristes cachetes carpeteros.

 

Como diría Mariella, #culoscarpetadignidad. Vale, no tenemos el culazo de la Kardashian y no protagonizaremos el próximo número de Sports Illustrated pero… ¿a quién le importa? Que todo lo malo que nos pase sea tener que evitar los leggins y es que al fin y al cabo… ¡los leggins no son pantalones! <3

PD: ya, la foto destacada no es precisamente un culo carpeta pero… no me puedo resistir a unas buenas chuches.