Sí, estamos aquí otra vez para hablar de uno de nuestros temas favoritos: tetas. Y de la tormentosa relación que solemos tener con ellas las que disfrutamos/sufrimos más de una copa D de sujetador. Ahí va la versión 3.0 de «No eres una verdadera pechugona si no…».
1. Has hecho la prueba de aguantar el lápiz para darte cuenta que aguantas el estuche entero…
2. Le han servido de almohada para echarse siestas infinitas a tu perra de cuatro kilos y medio (esto es aplicable a gatos y otros animales de compañía).
3. Es una verdadera tortura pasar en coche por una zona adoquinada…
4. Te gastas medio bote de crema hidratante para tener bien cuidado el bajotento. No es capricho, es inversión.
5. Tienes sentimientos encontrados con los escotes porque sientes que las pechugas se te escapan todo el rato… Y que te las miran mucho, claro.
6. Sabes que tus mamellas se convierten en una especie de muro de las lamentaciones cuando alguna amichi tiene dramita…
7. Pareces una abuelica remendando tus sujetadores favoritos cada dos por tres porque se te salen los malditos aros…
8. Estás hasta el mondongo de que no te cierren las camisas en la pechera…
9. Son un pelín problemáticas a la hora de poner en práctica algunos ejercicios…
10. Te suda más el entreteto que los sobacos en cuanto suben un poco las temperaturas…
11. Sabes que en cualquier momento (de cama) puedes arrancarle la cabeza a tu pareja de un tetazo (y eso te hace sentir poderosa e insegura al mismo tiempo).
12. Le dedicas tu primer pensamiento a ellas cada vez que ves una prenda que te gusta y suele ir acompañado de un: «ahí no me caben las mamellas ni de coña».
13. Tienes amigas que te prefieren borracha para poder amasarte un poco las susodichas…
14. Te jode muchísimo saber que no puedes llevar prendas con la espalda descubierta porque la tecnología del sostén no ha evolucionado tanto. DRAMÓN.
15. Has tenido problemas a la hora de salir de un coche aparcado al milimetro, porque ¡BOOM! las tetas…
En definitiva: lasquieresperolasodiasperolasquieresperolasodiasPERO…
