Ya sé que hablar de tallas grandes con según qué personas es algo muy delicado, casi se podría considerar una práctica de riesgo porque la gente tiene tan interiorizado el miedo a lo diferente que, aunque no quieran admitirlo, la discriminación es real. Pero me hierve la sangre con esta entrevista a Mireia Canalda por lo evidente, porque flipo con la falta de empatía y de sororidad viniendo de una mujer que ha sufrido cómo ha sido apartada de las pasarelas por una cuestión de edad, que ha sido enjuiciada en público por su vida amorosa y cosificada por tener un físico determinado:

¿Se tendría que dar más visibilidad a las modelos de tallas grandes?
Es un tema complicado porque creo que es una forma de marketing para vender un producto. Estoy a favor de dar más visibilidad, pero no del todo. Desde siempre las modelos han tenido que tener una talla pero, más que nada, para lucir un vestido y que la gente se lo quiera comprar. Yo no lo cambiaría porque esto hace que, como diseñadora, tu vestido luzca mejor de cara al público. Mientras que si le pones tu creación a una modelo curvy, a la vista no queda tan estético como en un maniquí, pero es verdad que haciendo esto conectas con mucha más gente. De todos modos, estoy a favor de que, de vez en cuando, se reivindiquen las tallas grandes porque considero que debería haber más firmas de ropa que hicieran cosas más bonitas para las mujeres con curvas.

Tengo tanto que decirte Mireia, que no se ni por dónde empezar pero me lanzo a la piscina porque soy un pelín kamikaze:

– Para empezar no hace falta que seas tan políticamente correcta. Si no te gustan las modelos curvies ten ovarios y dilo, asume tu gordofobia y punto (y si no quieres asumirla, revísate esos estereotipos corporales que tienes en la cabeza, que no pasa nada, que nadie nace aprendido). Quedarse en un «sí pero no» es lo más cutre del mundo.

– Hace mucho tiempo que las modelos han dejado de ser simples maniquís. Hay que acabar con esa concepción de que las mujeres somos perchas en las que tiene que lucir determinada prenda… las prendas se deberían ajustar a los cuerpos y representarnos a todxs y para eso hace falta diversidad en los trapos y en las corporalidades en el mundo de la moda.

– ¿Me puedes explicar eso de que se reivindiquen las tallas grandes de vez en cuando? ¿Qué es de vez en cuando? ¿Qué periodicidad es la ideal para que reivindiquemos la invisibilización de las tallas grandes en el mundo de la moda?

– Mireia cariño, una prenda no queda mejor en un cuerpo que en otro… quedan diferente. La reivindicación de las tallas grandes no tiene nada que ver con esto, exigimos que haya mercado para nosotras (y para personas petite y para personas en silla de rueda y, en definitiva, para todo el mundo), para eso hace falta voluntad por parte de lxs diseñadorxs y las marcas y también es necesario que podamos ver la ropa sobre cuerpos que nos representen en pasarela, gracias.

Si hablamos de marketing, todo lo que dices tiene menos sentido aún. ¿Sabes cuantas personas que no se ajustan a las tallas impuestas por el mundo de la moda se deja fuera este marketing? Es que esto suena más a dictadura estética aspiracional (que también vende mucho pero de otras cosas) que a puro marketing para vender ropa. No, nos vale este argumento.

– Además, no es que «desde siempre las modelos han tenido que tener una talla», es que se las ha obligado a mantener una figura que no se corresponde con la realidad (porque la realidad es plural, ojito con esto) y que ha ido cambiando según han ido cambiando los parámetros corporales de la moda. Todo esto sin tener en cuenta la salud de estas mujeres, claro… porque la única salud que importa es la de las gordas, que parece que nos vamos a morir sobre la pasarela si osamos desfilar o algo así.

– ¿El problema es la estética? ¿En serio? Amiga, si esto es lo único que importa y no eres capaz de plantearte todo el peligro que tiene afirmar semejante falacia, poco más tengo que hablar contigo (y tampoco quiero caer en la trampa de hablar de lo que a mi me parece o me deja de parecer estético)… pero ojalá esto llegue a ti y te sirva para reflexionar un poco sobre todo esto.

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A ver cómo nos explicas que Ashley Graham, por poner un ejemplo, es un «sí pero no».