Desde que nacemos vivimos en una eterna comparación. Si has tenido hermanas/os sabrás que el mayor hobbie de la gente, ya sean conocidos o no, es compararte con todas y cada una de esas personitas que comparten genes contigo. Debe ser que esa condición es más que suficiente para que tengas que ser idéntico a todos tus hermanos. Como lo primero que se ve es el físico, es lo primero en lo que te van a comparar:

  • Mira que guapo este niño al nacer, con lo feo que nació su hermano.

Pero las comparaciones no terminan en el ámbito familiar. Cuando empiezas a tener amigos, una forma muy usada para conseguir que seas como tu madre, padre, abuelos, tíos quieran en ese momento, es decirte que tal amiga es de esta manera  y tú no, que este otro amigo ha sacado estas notas y tú no… Y, a medida que vas creciendo, las comparaciones se van a haciendo más complejas: mira este que trabajo tan bueno tiene y tú no, que hijos más bien educados tiene y tú no, etc…hasta el punto de que las comparaciones ya te las haces tú solita. 

Odio la frase popular: nunca estás conforme con nada, siempre quieres más o quieres lo que no tienes. Pero como vamos a estar conformes!!! si desde el día que nacemos vivimos pendientes de lo que hacen, dicen, piensan y sienten los demás, menospreciando, en la mayoría de los casos, lo que nosotros somos.

Años de trabajo personal me han llevado a conseguir poder vivir mi vida centrándome en lo que yo soy. Cuando me quedé embarazada por segunda vez tenía muy claro que jamás iba a comparar a mis hijas y que haría lo que estuviera en mis manos para inculcarles que cada una de ellas es única y especial. 

Esto en mi pensamiento quedaba maravilloso, hasta que me di cuenta que iba a tener que luchar mucho con la gente de mi alrededor que, desde el segundo mes de embarazo ya empezaron a compararme a mi “yo” del primer embarazo con mi “yo” del segundo embarazo:

  • En el primero estabas más delgada, en este no comas tanto que vas a explotar.
  • En el primero estabas más guapa
  • En este tienes más tripa que en el primero
  • A ver si en este te quitas los kilos rápido, porque en el primero no adelgazaste nada

Y un largo etcétera de lindeces que se podrían haber ahorrado. 

Como bien sabía llevo dos años luchando por las comparaciones. La primera llegó al poco de nacer la segunda. Para que los abuelos se quedasen tranquilos y no molestaran, se les mandó la foto de rigor después de nacer. Respuesta:

  • Pobrecita que fea, con lo guapa que nació su hermana.

No volvimos a mandarles ninguna foto más. Con el tiempo la niña fue cambiando y los ojos claros del principio se fueron definiendo y aclarando todavía más, y las calvas que tienen los primeros meses, han dado paso a un pelazo rubio. Ni os imagináis los comentarios de todo el mundo en todo momento:

  • Qué ojos tan bonitos! Qué guapa es! La otra que simpática no?

Mi hija mayor me ha preguntado alguna vez, supongo que ya harta de escuchar los comentarios, que por qué ella no tiene los ojos azules y que por qué sus ojos (marrones) son feos. 

Pero si hay algo que más me ha fastidiado es que tengan que comparar el físico de las dos para calmar los celos de la mayor:

  • Uy si tienes una hermana pequeña, tú tranquila que eres mucho más guapa que ella. 

Primero por qué tienes que compararlas para que no tenga celos, y segundo y más importante, ¿por qué ser guapa es sinónimo de sentirte bien? *Por qué a una niña de 4 años tienes que meterle en la cabeza que si no es guapa no vale? *Por qué ser más guapa que otra persona te tiene que hacer feliz? *Por qué enseñas a mis hijas a odiarse entre ellas y así mismas por su aspecto físico? 

Me cabrea y mucho. Y salto y me da igual. Y dentro de poco vendrán las comparaciones en el aspecto intelectual. No voy a permitir que mis hijas vivan a la sombra de nadie, no voy a permitir que el aspecto físico marque sus vidas. Quiero que se acepten y se quieran, y quiero que acepten y quieran a los demás independientemente de como sea su físico. 

Me va a tocar luchar mucho y hablar con ellas todo lo que sea necesario. Sé que mi pequeña rubia de ojos azules tendrá otras oportunidades en la vida por haber nacido así y que el trato que reciba por parte de la sociedad será mejor. Y esto me da mucha pena, pero seguimos viviendo así. Menos mal que mi mayor morena de ojos marrones sabe desenvolverse la mar de bien y su mamá y su papá harán todo lo que puedan para que ellas se sientan únicas y especiales. 

 

Anónimo

 

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