¿El Karma existe? Sí, si me lo preguntas a mí.

Hace un par de semanas conocí a un chico en una fiesta que ojo cuidao al maromo estupendo, desde que nos vimos todo fluía… Bebimos, cantamos, bailamos y bueno, acabé durmiendo en su casa y la verdad que para ser la primera vez, ir los dos pedo y prácticamente no conocernos, ni tan mal. 

Me tenía que pirar porque había quedado a hacer el brunch de los domingos con mi grupo de amigos de la universidad, le dejé una nota con mi número de teléfono y le dije que si quería quedar a tomar una cerve que me escribiera. Esa misma tarde tenía un mensaje diciendo que lo había pasado increíble, que en cuanto quisiera que quedáramos y que estaba deseando repetir. Mini punto para mi.

Pues quedamos el miércoles para ir al cine a ver la nueva de Almodovar, no nos emocionó demasiado y básicamente nos pasamos la película comiéndonos la boca como dos adolescentes, qué vergüencita ajena, la verdad. Después de aquello volvimos a su casa, tuvimos una noche de amor y mejoró bastante la cosa. Probablemente por la ausencia de alcohol y porque había habido más risas y conversación antes de.

Pues en esas estamos dos semanas, dos semanas de quedar cada 2/3 días para echar un polvete tonto, se plantea una cerve de vez en cuando, quedamos un día a desayunar, otro vamos al teatro… pues así, todo muy casual. Me gusta el chico, pero tampoco tengo intención de casarme con él, hasta que se plantea el problema: soy vegana y a él no le gusta que lo sea xd. 

Yo soy vegana desapercibida, soy de las que creen que se predica con el ejemplo y no con las palabras. ¿Me gusta ver cómo la peña de mi alrededor come productos animales? No, pero respeto que aquí cada uno hace lo que quiere/puede. Yo voy a mi bola, me adapto siempre a todo y lo peor que me puede pasar es que acabe pidiendo unas patatas fritas, una tostada con tomate o una ensalada de lechuga y tomate. Yo hablo del veganismo cuando se me pregunta, nunca antes porque siento que creo rechazo y paso de discusiones sin sentido alguno. Pues después de dos semanas quedando con él se ve que no se había fijado en esos detalles, en su defensa diré que en ningún momento quedamos a comer/cenar como tal.

Hasta que lo hicimos claro, vamos a un restaurante, miro la carta y no hay opción vegana, le pregunto al camarero si tiene algo, me ofrece una lasaña de verduras que está fuera del menú, le digo que me parece perfecto y cuando vuelvo mi cara al comensal que tengo enfrente la tiene de haba pocha. 

-¿Qué pasa?

-¿Eres vegana de esas?

-¿De esas de qué?

-De las que no comen carne y dan todo el rato la turra con la lechuga.

-¿Perdona?

Pues resulta que me estaba follando a un idiota profundo y yo sin saberlo. Entramos en una discusión muy poco práctica en la que nadie tiene ganas de entender al otro, él me trata de retrasada por haber renunciado a los filetes, yo le digo que es un cromañón, que no me conoce de nada y que si hasta ahora no había tenido ningún problema con mi alimentación no sé por qué de repente sí lo era.

Lo mando a la luna de Valencia, me insulta por ‘solo comer hojas’, nuestra fugaz relación acaba en la puerta de un italiano. Se lo cuento a la amiga que nos presentó, la que organizó la fiesta y días después me escribí para decirme que el chaval no había ido a clase porque le habían salido hemorroides… No es que le desee nada malo, pero esas almorranas son un castigo super justo por rechazar veganas. 

 

Anónimo

 

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