¿Os ha pasado alguna vez que no paráis de reíros y reíros y sin querer, se os escapa un poco de pis? Pues en mi caso fue así pero a lo bestia…. no sabéis por lo que pasé. Me hice pis encima de la risa y así es como lo oculté.

Todo ocurrió cuando fuimos a Isla Mágica con mis amigos para celebrar mi cumpleaños. Es un parque de atracciones de mi ciudad que también tiene algunas montañas rusas donde te mojas un poco. (Ya os iréis imaginando por dónde voy).

Pues bien, sí es verdad que cuando era pequeña tenía un problema porque casi todas las noches me hacía pis en la cama y una vez en el colegio. Fue espantoso, lo vieron todos y se rieron de mí. Ya sabéis, lo típico de cuando eres pequeño.

Desde entonces no me volvió a pasar más. “Cosas de adulto”, me dije. Y no, no es que sean cosas de adulto, supongo que cuando vas creciendo eres capaz de controlarlo más y punto, pero no significa que no vayas a hacerte pis encima un día cualquiera de tu puñetera vida.

Y es que, retomando el plan del parque de atracciones, después de varias montañas rusas, nos fuimos al “Iguazú”, la atracción que más moja de todo el parque. Tiene un sistema de caída que cuando cae por el “caudal del río” te empapa entera. Nos encantaba esa porque hacía mucho calor y, además ¿a quién no le puede gustar? PUES A MI AMIGO.

Uno de ellos decía que nos montasemos nosotros, que él se quedaba fuera porque no le apetecía mojarse. La verdad es que era como un gato, no le gustaba el agua, no se le veía mucho en la piscina ni en la playa, y si lo hacía era para estar tumbados al sol.

Le insistimos que se montase con nosotros, que si se ponía en la fila de atrás no se mojaba tanto pero aún así no quiso, y nos esperó fuera. Así que el resto fuimos a la cola y cuando ya nos montamos en la atracción, miramos para afuera y le vimos… allí… donde no debía ponerse….

Resulta que, para el que no haya ido a Isla Mágica, esa atracción tiene una zona muy famosa conocida porque te mojas tanto de lo que salpica la caída que es como si te metieras en una piscina. En serio…. Si quieres mojarte bien, ya sabes que tienes que quedarte fuera, te das “un bañito” y como nuevo.

Así que ya os imaginareis cómo acaba la cosa… Por lo visto nadie le había dicho que en esa zona no debía ponerse y cuando se asomó ahí junto a otros padres ignorantes y cayó nuestra balsa, terminó completamente empapado. El descojone fue bestial…. “nadie se lo había dicho?” “Ostras…” jajaja

Lo malo…. que me hice pis encima de la risa ….Sí, no pude controlarlo pero pensé rápido y así es como lo oculté. Fue justo al salir de la balsa, me coloqué la mochila de forma que me tapase la entrepierna y me fui corriendo a la zona donde había estado nuestro amigo con la excusa de que “quería mojarme más, que hacía mucha calor”.

Así que allí estaba yo, con un montón de pis en los pantalones y abrazando a lo que iba a caer de agua como si fuera Rose de Titanic. Cuando salí estaba literalmente como si me hubiera metido en una piscina.

No se notaba la diferencia entre el pis y el agua, solo tenía que rezar para que no se secase tan rápido el agua como para que hubiera sido en vano. Pero, ¿no es una mala forma de ocultarlo verdad? Gracias a Dios, me encontraba en un parque de agua jajaja