Sé que muchas habréis puesto cara de chupar limón al leer el título. “Chavala, estás pirada, ¿cómo te puede poner eso?”, pondrá alguien en los comentarios. Yo sólo sé que mi pussy parece un jacuzzi cuando mi novio me habla de sus anteriores ligues.

Todo comenzó en nuestra tercera o cuarta cita, no recuerdo bien. Estábamos hablando de nuestra adolescencia y empezamos a preguntarnos cosas subidas de tono.

– ¿Cómo fue tu primera vez?

Y mi noviete me empezó a contar por encima cómo fue su primer polvete. Yo, curiosa por naturaleza, no paraba de hacerle preguntas, pero no era por ansias de cotilleo, sino porque estaba como una moto. A más detalles me contaba de su primer polvo más me encendía yo. No sé describirlo, pero imaginármelo en la cama nervioso, inexperto y con el calentón de un chavalín hormonado me excitó una barbaridad.

Pensé que era algo anecdótico, pero no. Con el tiempo empezamos a hablar de ex-parejas, ex-ligues y ex-polvos-de-una-noche. Cada nombre, cada descripción, cada postura, cada detalle, me encendía más. Curiosamente cuando estábamos de fiesta o dábamos un paseo y nos cruzábamos con alguna de esas chicas que protagonizaban sus historias, yo me encendía. Era algo ajeno a mi control.

Resultado de imagen de horny af

El punto álgido de la historia llegó cuando me contó cómo fue el último polvo que echó antes de conocernos. Creo que él intuía mi curiosa parafilia, porque empezó a extenderse más y más en los detalles y a ponerle emoción. Cuando acabó yo estaba excitadísima y no pude contenerme. Follamos como nunca.

Al acabar le conté lo que me pasaba. Flipó un poquito, pero no le pareció mal. Prefería que me excitasen sus historias a que fuese una persona tremendamente celosa que no podía escucharle ni hablar de sus ex.

No os mentiré, a veces aparece por mi cabeza la idea de ver a mi chico acostarse con otra. He buscado locales de swingers e incluso anuncios en Internet, pero por degracia hay más tíos dispuestos a echar un polvo en estas condiciones que mujeres.

¿Por qué os cuento esto?, os preguntaréis. Pues para normalizarlo. Sé que muchas pensaréis que esto es “raro” o que no estoy enamorada de verdad de mi novio por el simple hecho de que me guste fantasear imaginándomelo con otras. Entiendo que creáis esto, vivimos en una sociedad en la que todo lo que se aleja de lo normativo es juzgado y condenado. Yo sólo os pido que lo respetéis igual que yo respeto los gustos de mis amigas.

Hay muchas formas de vivir la sexualidad y ninguna es mejor que otra siempre y cuando haya consenso entre las partes. Vivid y dejad vivir.

 

Anónimo