Imagino (o espero) que esto también le haya pasado a alguna que otra mujer en la vida. Ya sabéis, lo típico de estar con la regla y no saber si estás manchando o no. En mi caso, me puse con la regla y le manché de sangre el coche al jefe de mi novio, ¡y se dio cuenta! Lo bueno es que no soy una persona vergonzosa y en este tipo de situaciones mantengo la calma, pero sí es verdad que el coche no era de un amigo o un conocido, sino del jefe de mi novio, y eso a mi me supo fatal.

No soy una persona de mucha sangre cuando está con la regla pero en ese momento llevaba 3 meses de médicos porque no era normal lo que yo echaba por ahí…. Me planteé hasta ponerme pañales… y es que resultó que tenía menorragia. Es decir, una hemorragia pero por el toto, y cada vez que me ponía mala con la regla era una puta manguera.

La verdad es que llegó a preocuparme porque algunos médicos dijeron que podía ser “un principio de cáncer de cérvix”…. excuse mee?? Hola?? Corriendo que me fui a uno privado porque no iba a esperarme a las pruebas que me habían dado para dentro de 7 meses… Perdona???? asco de sanidad pública…. Sea la culpa del Gobierno o de quien sea, pero la realidad es que España da pena en algunas cosas… En fin, que no tenía nada grave salvo la menorragia. Me recetaron la pastilla anticonceptiva para regular la regla y todo volvió a la normalidad.

Pero en esa fecha en la que el jefe de mi novio nos invitó a su casa a cenar, me encontraba en esta situación y, aunque llevaba puestas varias compresas y un tampón (sí, como lo leeis), pues pasó lo que tenía que pasar. Después de la cena nos fuimos a tomar algo en su coche. Yo no estaba del todo cómoda porque no sabía si estaba manchando pero quise pensar que no puedo tener tanta mala suerte. Pero claro… cuando nos levantamos y salimos miré hacia el asiento antes de irme del coche y…. una mancha roja estaba allí mirándome fijamente… No era muy grande pero lo suficiente para mi. ¡No me acordaba de que me puse con la regla y le manché de sangre el coche al jefe de mi novio!

Antes de que terminase la noche se lo conté a mi marido. Era su jefe y no una amiga mía ni nada, por lo que quería que él me dijera qué pensaba que sería mejor para su situación. Si contar la verdad y arriesgarse a que su jefe se lo tomase a mal o hacernos los locos, total, quizá no se dieran cuenta en mucho tiempo…

Al final decidimos decir la verdad. Me acerqué a él y, tras darle las gracias por la velada, le comenté que quizá haya podido manchar el asiento del coche, que si tenían un trapito húmedo y jabón que se lo limpiaba yo misma en ese momento. Resultó que se lo tomó muy bien (la verdad es que era un encanto de persona) y me dijo que no había problema, que con tantos niños en casa están acostumbrados a manchas peores. Moraleja: ir siempre de frente, con la cabeza bien levantada. Nunca se sabe lo que puede pasar si mientes y te ocultas, pero sí si haces las cosas bien. Quizá la respuesta no te guste todas la veces, pero te evitarás sorpresas incómodas.