No estamos en la misma longitud de onda

 

Os voy a contar la historia del tira y afloja más largo del siglo, con un mareador. Bueno, más que un mareador es un chico que no sabe dónde están los límites de las relaciones. Y aprovecho para recomendar que, si te encuentras con uno de estos, lo eches rápido de tu vida, que vas a ganar en salud mental. Yo lo he hecho tarde y esta es mi historia: 

En el 2016, conozco a Cristian a través de una amiga común. Desde esa primera noche se nota que tenemos cierta atracción el uno por el otro pero, al estar rodeados de más gente y en un ambiente de quedada con amigos, pasamos de meternos en nada. 

Al poco, empezamos a quedar solos y, aunque me dice que no está preparado para una relación, empezamos una historia sin etiquetas. Creo que ese fue el único lapso de tiempo en el que estuvimos de acuerdo en cómo llevar la cosa. 

Voy a entonar el mea culpa: resulta que mis sentimientos empiezan a crecer y propongo separarnos un tiempo para esperar a que se me pase. 

En el 2018 vuelvo a su vida en calidad de follamiga. Sin dramas. Incluso comienzo una relación con otro chico y seguimos siendo amigos sin problemas. Porque un follamigo es, ante todo, un amigo con el que, si se tercia, te das una alegría al cuerpo. Ahí parecía que los dos teníamos el concepto claro. 

Llegamos a 2020 los dos solteros y me confiesa que ahora sí querría empezar una relación conmigo, a lo que yo me niego. No sé vosotras, pero cuando yo meto a alguien en el apartado de amistad, no sale de ahí ni con agua caliente. Parece que lo acepta y seguimos de follamigos ocasionales. Quedamos para dar paseos, jugar a videojuegos, ver películas…No todo va a ser follar, como diría Javier Krahe.

Ahora viene la mandanga. 

2021: Quedamos una vez en Barcelona, para ir a un salón del manga. Yo, que suelo conservar amistad con mis exparejas, decido visitar a una de ellas que vive allí. Pues Cristian se pone CELOSO porque trato con cariño a mi ex. Me la lía en medio de la calle porque él notaba que con mi ex había tensión sexual (spoiler alert: se lo estaba inventando. Lo que hay con mi ex es cariño). Pero vamos a pararnos en lo importante del tema un segundito: ¿quién c*ñ* se cree que es para decirme cómo me tengo que comportar con mis amigos? Es un comportamiento que no toleraría ni aunque Cristian fuera mi pareja, sinceramente. 

Total que el salón del manga ni lo recuerdo, porque a partir de ese momento me enfadé muchísimo y no pude quitarme el cabreo en todo el tiempo. Cuando volvimos a nuestras casas, me pidió perdón pero no soy capaz de volver a sentirme cómoda con él. Ahora, de vez en cuando, trata de iniciar conversaciones. No sé cómo acabará la cosa este año. Pero yo llevo ya unos meses pasando de todo. 

A la próxima follamistad que tenga, pienso dejarle claro el concepto desde el primer minuto, que luego la gente se flipa.

 

Lady Ósea