Mi marido me ha dejado por no querer ser madre. ¿O porque hay otra? 

 

Así es chicas, como leéis. Llevo guardando esta historia en el cajón mucho tiempo, pero he decidido contarla. 

Empecemos por el principio, mi marido llevaba una racha raruna, ya sabes, menos comunicación, más distante, menos sexo…

Es cierto que él quería ser papá, pero yo en ese momento no lo veía claro. Estaba a punto de cambiar de trabajo, quería buscar nuevas oportunidades laborales… y que narices, que aún no se me había activado el reloj biológico. 

 

Yo soy de otra ciudad, me fui a vivir con mi marido muy jovencita, nos casamos y vivíamos en SU casa cuando de repente me dijo el típico “tenemos que hablar’’. Y no era una conversación para plantear un problema, buscar una solución y mejorar la relación que estábamos teniendo. No, NO. Era para dejarme e invitarme a irme de su casa. 

mi marido

Como os comenté antes, estaba cambiando de trabajo y para alquilar cualquier piso me pedían nóminas anteriores, fianza, etcétera… y después de 8 años casados y viviendo en esa casa aportando CÓMO ÉL O MÁS, no tuvo el detalle de dejarme hasta que encontrase algo.   

Total, que de la noche a la mañana me vi sola, sin trabajo y sin casa. Con las maletas en la puerta literal. Según mi marido, se había cansado, quería ser padre, pero veía que yo no quería…

 

Gracias a la vida, lo más bonito de esta historia es que sus amigos me apoyaron un montón. Y sí, digo sus amigos porque yo me mudé tan joven que compartíamos grupo de amigos. Por suerte, pude contar con algunas parejas que hicieron de mi búsqueda de trabajo y piso una etapa mucho más amena, además de ayudarme en mi bajón máximo y cómo buenas investigadoras (que ni el FBI) nos llegó información calentita de que había aparecido una ex suya que llevaba mucho tiempo fuera…

Resulta que el muy cabrón (e imbécil) se pensó que esa chica iba a querer algo con él. ¿Y sabéis qué? Se comió los mocos, además de quedar fatal con todo su grupo de amigos por cómo me trató.

 

Yo encontré trabajo rápidamente (con una carrera y tres idiomas no fue difícil), me mudé a un pisito de soltera a mis 35, valoré mucho más las amistades que me rodeaban a pesar de ser sus amigos de toda la vida y afiancé relaciones que ahora mismo son mi tesoro. Después de unos meses, conocí a un chico por Tinder, se me encendió el reloj biológico y años después es el padre de mi pequeñín recién nacido.

mi marido

A él, como podéis imaginar no le salió bien la jugada, sigue soltero y solo. Ha perdido casi todo el trato con el grupo de amigos, y además se está quedando calvo (jajaja tenía que decirlo) 

 

Hoy por hoy, puedo reírme de la historia y contarla abiertamente, pero ojo lo que pasé.

Moraleja amigas, si estáis pasando por un mal momento, tener paciencia y dejar que la vida os muestre lo que os tiene preparado. Seguro que os sorprende :)

 

Anónimo

 

Envía tus movidas a [email protected]