Hay veces que los hombres y las mujeres parece que venimos de mundos totalmente distintos, y no es para menos, ya que aunque somos iguales para la gran mayoría de cosas,  existen ciertos matices que nos hacen diferir totalmente.

Esto pasa mucho con la forma que tenemos de comunicarnos, y que muchas veces surgen problemas donde no los hay, desencadenando en auténticos desastres e incluso rupturas, porque simplemente no nos entendemos.

Y que los hombres y las mujeres nos comunicamos de formas diferentes es una verdad como un templo, solo tienes que mirar cómo nos comunicamos las mujeres entre nosotras cuando quedamos con las amigas a tomar algo, que nos encanta hablar y hablar y podemos tirarnos toda la tarde hablando de un mismo tema.

Si por ejemplo a tu amiga ha sufrido una ruptura súper dolorosa, ahí vais todas las amigas y estáis toda la tarde analizando el suceso y haciéndola sentir mejor. En cambio los hombres suelen ser algo más prácticos, pueden haber pasado por la misma situación y quedan con sus colegas pero la conversación es más “práctica” se basa en saber si el susodicho está bien y si necesita algo y ya está (teniendo en cuenta que estamos hablando de GENERALIDADES, esto no quiere decir que todos los hombres y que todas las mujeres se comuniquen así, NO, pero por lo general pasa esto).

Pues bien, a la hora de tener una relación existen dos fases bastante diferenciadas, siendo la segunda la que nos suele traer bastante por el camino de la amargura y nos llena de dudas:

1º Fase “la conquista y el vínculo”: Esta es la fase más bonita y que más recordamos sobre todo las mujeres. Esta consiste en que ambos miembros de la pareja estamos todo el día hablando y en definitiva conociéndonos. Es decir, es un no parar, todo el día mandándonos Whatsapp sobre qué películas te gustan, si eres más de perros que de gatos, que personas te han marcado en tu vida, en fin ese tipo de cosas tan importante.

 

Y es curioso, porque en esta fase, tanto los hombres como las mujeres somos bastante parecidos, es decir, nos podemos tirar horas y horas hablando, pasar la noche despiertos compartiendo todo tipo de ideas y en definitiva vinculando el uno con el otro.

Es cuando aparecen los primeros “te quiero”, “me encanta pasar todo el día contigo” ,“hay que ver cómo me gusta esto de ti” y un largo etc. Y no hay que pedirlos, son palabras que prácticamente se nos escapan y están presentes durante toda la relación.

Estamos por y para el otro y nos encanta escucharnos, esto hace que la relación se afiance totalmente.

 

2º Fase “ahorro de energía”: A esta fase he decidido ponerle este nombre, porque en definitiva es lo que mejor resume lo que os quiero contar sobre esto. Cuando ya ha pasado la euforia del primer momento, ya lleváis unos meses conociendo, juntos, intercambiando Whatsapp a todas horas, las mujeres notamos una cosa, y principalmente es que parece que la conversación mengua un poco.

Es decir, ya nuestra pareja no se pasa horas contándonos todo lo que piensa o lo que ha hecho en el día, los te quiero ya parece que no están tan presentes y tú notas que algo raro puede estar pasando, y te empiezas a comer la cabeza, ¿Seré yo? ¿Ya no le gusto? ¡Qué demonios está pasando!

Pues bien amigas mías, el truco del almendruco está en que el hombre entiende que en esa primera fase ya te lo ha contado todo, esas necesidades de hablar durante horas ya la ha cubierto, y para él da por hecho que no hace falta repetir tanto eso, no es necesario por así decirlo.

 

Con los “te quiero” pasa un poco lo mismo, y esto lo veo mucho en consulta: ella se queja de que él no se lo dice tanto, y la contestación que suelen dar (cuando no hay problemas de pareja serios importante) “¡Claro que la quiero!” solo que ellos dan totalmente por hecho que tú ya lo sabes, que él te quiere con todo su corazón y por tanto no ver la necesidad de decirlo más a menudo, piensan que no hace falta nada más.

Hay que tener muy claro una cosa con todo esto, las mujeres solemos vincular con la charla y con la conversación, nos encanta estar horas hablando aunque sea sobre un mismo tema, lo disfrutamos y somos así.

En cambio los hombres son más funcionales, ellos entienden que la conversación tiene que tener un fin, es decir, que el hablar por el gustazo de hablar con ellos no va. Ellos entienden que si tú vas a él a contarle un problema, le estás pidiendo ayuda y por tanto él solo te plantea soluciones, en cambio tú lo que necesitas únicamente es que te ESCUCHEN porque o la solución ya la conoces o no hay solución, entonces nos enfadamos porque no nos sentimos escuchadas.

Es cuando el hombre se queda pensando WTF!! Pero si yo que la quiero más que a nada solo la quería ayudar (recordar el interpreta que contarle un problema es sinónimo de “soluciónamelo”) y ahora está más enfadada…

REPITO, estoy hablando siempre desde la generalidad, pero es muy frecuente encontrarse estos patrones dentro de las parejas.

 Y ¡OJO! No confundir esto con una relación tóxica donde la otra persona pasa totalmente de mí, no estamos hablando de eso en absoluto. Si tu pareja no te escucha, no quiere hablar contigo, no te dice te quiero ni te muestra cariño, algo malo está pasando. Y por supuesto no quiere decir que cuando se entra en la segunda fase se deje de hablar de las cosas que nos gustan o de las preocupaciones, simplemente desciende el ritmo y nosotras nos rallamos bastante.

Autora. Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y Terapia de Pareja, [email protected]