Lanzar hachas me librera del estrés y no es ninguna tontería.

Trabaja 8 horas como mínimo bajo una presión constante de poder conseguir todo lo que se espera de ti. Come sano, ten la casa reluciente e intenta mantener una vida sexual activa. Puede parecer una tontería, pero estamos sometidos a un estrés infrahumano que hemos normalizado y nos quita un minuto de existencia de cada hora.

Se ha puesto de moda una actividad a la que la gente suele acudir como pasatiempo, pero para mí se ha convertido en mi nueva forma de desestresarme. El axe throwing o lanzamiento de hachas no deja de ser un deporte de puntería con el que te sientes una vikinga a punto de seducir a su víctima con su arma

Lo probé por casualidad y he llegado a tal nivel que me he sacado un bono de sesiones para poder ir todas las veces que pueda a la semana.

Mis amigos me miran raro cuando digo que conectas con el arma y durante ese tiempo solo tienes un objetivo, dar en el centro de la diana. No te voy a engañar, ni es sencillo, ni barato, pero hacerte algo fresquito mientras te ponen musicote y pegarle hostias a la diana hasta que consigas tu objetivo, te regenera de una manera brutal.

Hay quien se pone un aceite, se enciende una vela o practica yoga, pero yo no. Mi cometido en la vida es lanzar cualquier tipo de arma arrojadiza. De hecho, ahora soy una experta y distingo una thomahawk, de un hacha de tala y de un batarank.

Se ve que yo en el fondo era Dexter, pero no ha salido a la luz esta faceta mía hasta que he estado hasta los mismísimos.

Pruébalo, porque no te vas a arrepentir.