Las modas son pasajeras incluso para las palabras.

Cada década se escucha más un vocabulario en concreto que sirve para expresar lo que sentimos, queremos o pensamos.

Quizás sea porque repetimos lo que vemos en la tele, lo que le escuchamos a nuestros compañeros de trabajo y amigos o incluso rescatamos dichos que ya estaban pasados de moda.

En cuanto a formas de expresar cariño mediante palabras, hemos encontrado de todo. En los 90 todo era ‘cari’ para arriba y ‘cari’ para abajo, en 2000 se llevaba el ‘mi niña’, en el 2010 empezó a usarse ‘mi bebé’ y ‘mi cielo’, luego llegamos al ‘mami’, que tampoco es santo de mi devoción y ahora, por arte de magia, lo que mola es decir ‘gordi’.

¿Me explica alguien esta decadencia?

En un par programas de la tele y en series actuales, he visto que la gente dice ‘gordi’ a su novio, a su amigo o incluso a su jefe. Soy fan de las palabras acabadas en i que suenan cuqui, pero esta tendencia me repatea.

¿De verdad queda bonito decir esta la palabra como algo afectuoso?

Sin duda es un eufemismo de Gordo. Entiendo que me llamen Gordibuena, porque estoy gorda y estoy buena, pero el ‘gordi’ sin ton ni son porque queda bonito, no lo veo.

Tampoco quiero decir que solo se le pueda llamar ‘gordi’ a la gente gorda, porque de ser así, habría algún ‘baji’, ‘alti’, ‘flaqui’, ‘manqui’, ‘tuerti’, ‘coji’ y ‘tonti’ rondando cerca de nosotros.

En América latina sí que se usa con más frecuencia el ‘mi gorda’ y ‘mi flaca’ para dirigirse a alguien con cariño, pero me atrevería a decir que se hace con respeto y sabiendo que nadie va a salir herido.

Desde mi humilde opinión, una característica física no se debería utilizar como adjetivo valorativo descriptivo de tu amor. ¿Te has planteado que el llamar ‘gordi’ a alguien a quien aprecias puede generar que te coja tirria?

Lo más divertido de todos es cuando la gente se empeña en explicarte la causa de tal uso. ‘Es que es mi amor, mi gordito y como está blandito, le llamo gordi’

Y ahora viene la pregunta del millón. ¿Sabes si a esa persona le gusta que le llames así? Igual no dice nada, pero a mí me llama mi pareja ‘gordi’ y se acabó lo que se daba.

El lenguaje es amplio, ecléctico y cambiante. Es evidente que no todos podemos hablar como nos salga del papo, pero los eufemismos los carga el diablo.