Pedir perdón cuando se hace algo mal es algo maravilloso, muy valiente y honrado. Pero la educación que recibimos nos hace sentir cierta inseguridad cuando no cumplimos con lo que se espera de nosotras y nos frustramos, por eso sigue siendo importante recordar estas cosas…

No deberías tener que disculparte por tener un cuerpo que no se ajusta a la normatividad imperante. Ya sea porque tu culo ocupa mucho espacio en el autobús o porque toca esperar a que te coloquen la plataforma para poder subir con tu silla de ruedas… si resultas molesta a alguien, el problema no es tuyo.

Tampoco deberías pedir perdón por no haber conseguido amar tu cuerpo todavía. Vivimos un momento en el que la autoaceptación es casi una exigencia y nos olvidamos de que cada persona tiene su propio proceso en este sentido.

¿Disculparte por luchar por tus derechos y defender tus ideales? NUNCA (siempre y cuando éstos no sean contrarios a los derechos humanos, claro).

Ni se te ocurra buscar el perdón en los demás por disfrutar de una vida sexual activa o todo lo contrario. Tu sexualidad es tuya y la disfrutas como quieres y cuando quieres. Tampoco pidas perdón por amar o follar con quien te salga de las narices.

No te arrepientas por pensar primero en ti y en tu bienestar de vez en cuando, nos lo merecemos y ya está. Porque el autocuidado es muy importante y no tiene nada que ver con el egoísmo.

Jamás pidas perdón por no cumplir las expectativas que la gente de tu alrededor (familia, amichis, pareja…) haya puesto en ti.

No te disculpes por tener miedo, es algo absolutamente humano.Nunca te disculpes por tener un carácter que desafíe los estereotipos de la feminidad (o a los de la masculinidad). No hay nada malo en ti, es la sociedad la que tiene que asumir que las personas somos diversas y ya está.

No hace falta que te perdonen por cambiar de opinión porque es algo absolutamente lícito. Nadie nace aprendido y además nuestras prioridades cambian con el paso del tiempo.

¿Pedir perdón por vestirte como te de la real gana? ¿Estamos de coña? Si a alguien no le gusta que no mire y punto pelota.

Y, sobre todas las cosas, no pidas perdón por ser tú misma. Habrá a quien le caigas chachi y habrá quién no te soporte, tendrás cosas que mejorar como todo el mundo, pero no juegues a ser otra persona solo para agradar a los demás porque eso nunca funciona.