¿Cuántas veces después de discutir con tu pareja has sentido que al principio tenías toda la razón del mundo pero que al terminar, sientes que has exagerado todo?

Las discusiones en pareja tienen muchos componentes, hay veces que se tiene razón y la defiendes hasta el final y hay otras que te toca rectificar, y reconocer que en ese momento estabas equivocada.

Rectificar es de sabios o eso dicen, y cuando nos toca reconocer que hemos hecho algo mal es lo suyo, pero ¿qué pasa cuando estas totalmente convencida de que tienes razón?, o simplemente no has hecho nada y la otra persona te está acusando de una forma muy directa.

Algo muy frecuente en las relaciones tóxicas o de maltrato, es la sensación de no tener nunca la razón en las discusiones y suelen seguir un patrón bastante concreto y fácil de identificar.

A lo largo de mi experiencia en consulta he podido ver repetidas veces estos pasos.

  1. El inicio de la discusión

Aquí suele dar bastante igual quien empiece la discusión y porque, pero se suelen identificar dos cosas:

  • Cuando él ha hecho algo mal, me da igual lo que sea, no asumir sus responsabilidades en la casa, ignorar a la pareja, hacer sus planes sin contar con nadie más, pillarle tonteando o haciendo algo con otra persona, y un largo etcétera.
  • Cuando lo más mínimo que tú haces le molesta a él, y ya llega un punto que vas por la vida intentando no molestar, porque la cosa más tonta puede ser el detonante de una discusión muy fuerte.

Cuando tenemos una relación con una persona así, nos damos cuenta que el hecho de discutir aparece con bastante frecuencia e intensidad.

  1. Cómo se van desarrollando los hechos

Da igual quién de los dos haya iniciado la discusión y por qué, porque aunque tu sientas que tienes toda la razón del mundo o que no has hecho nada mal, él empezará a atacarte y a quitarte la razón de todas las maneras posibles.

Cuando una persona siente que tiene razón, y la otra persona la intenta desacreditar una y otra vez, sin argumentos realmente válidos, es decir, imponiéndome sobre la otra persona y ya está, la persona desacreditada siente mucha rabia e impotencia.

Ya que, por un lado, no te sientes en absoluto escuchada, y por otro, empiezas a sentir o a pensar que tu argumento, que al principio tenías tan claro empieza a perder fuerza y es aquí cuando dudamos de nuestra propia verdad.

  1. Ya no sabes cuál es la verdad y cual no

Llegados a este punto, ya no sabes si el motivo por el que estabas discutiendo (o del que te estabas defendiendo) era tal y como lo recordabas y como lo estabas defendiendo, o es como te está diciendo él.

Además, cuando el maltratador siente que no tiene los argumentos suficientes para quitarte la razón (porque no puede, ya que en muchos casos la razón es tuya) hará lo que mejor sabe hacer, que es ignorarte.

Lo peor que se le puede hacer a una persona cuando se está defendiendo o cuando está intentado arreglar una situación es ignorarla, porque es una muestra de desprecio muy grande y suele enfadar bastante a la persona.

 

  1. ¿No ves como te estás poniendo?

Cuando la otra persona te ignora, lo más frecuente es que te enfades con más intensidad y vayas con más fuerza contra esa persona, necesitas que te haga caso y lo único que hace es devolverte silencio, y eso es muy desquiciante.

Pero justo el maltratador tiene lo que busca, que tú, que empezaste desde la calma y con tus argumentos, te ves ahora mismo totalmente desarmada, desquiciada, probablemente con un estado de nervios importante y sin saber diferenciar lo que es cierto de lo que no.

Y es aquí, justo en este punto, donde minuciosamente te ha ido llevando sin que te des cuenta, cuando te suelta lo de, “¿No ves como te estás poniendo?” “Es que eres una histérica” “Contigo no se puede hablar, hasta que no te calmes yo paso” “Estás loca”y un sinfín de retahílas similares.

  1. Desarmada

Que te acusen de ser una desquiciada o una histérica es muy doloroso, y más cuando te lo está diciendo ESA PERSONA, no es cualquiera, es tu pareja, es esa persona a la que tú quieres y con la que quieres estar, y te está diciendo poco menos que eres una loca.

Y es cuando la duda, sobre si tenías razón o no, se vuelve más y más intensa, y por lo general, el pensamiento que mas prevalece es el de “me he pasado” “lo mismo lo he exagerado” o “la culpa realmente era mía”

Hay que tener en cuenta que llegar a este punto es un proceso muy largo, la persona tóxica o maltratadora no te llama loca la primera vez que discutís ni mucho menos, es un proceso progresivo donde hay veces que te da la razón, sobre todo al principio, pero que poco a poco van desapareciendo.

Llega un punto que no recuerdas cuando fue la última vez que te dio la razón o cuando no sentiste que la culpa siempre era tuya, y llegar a este punto es muy duro y muy doloroso.

Es importante entender, y es algo que le explico a mis pacientes, que no es que tú tengas un problema de ira o que no sepas controlarte, es que, la otra persona, se está encargado de forma deliberada e intencional, de llevarte constantemente al límite.

 

Y una ve que te tiene ahí, desquiciada por su culpa, te acusa de que no te sabes controlar o que eres una loca del coño.

No, no eres una loca, no estás desquiciada, es que, te están llevando constantemente al límite  tu solo estas intentando defenderte.

Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y Terapia de pareja

correo: [email protected]   instagram: @aidavallesconsulta_