Es triste pero así es, volvemos a vernos en la necesidad de lanzar un nuevo llamamiento contra esta sociedad en la que nos ha tocado vivir. Seas o no friki del universo Marvel probablemente la pasada semana llegó a ti la noticia del repentino fallecimiento de Chadwick Boseman, intérprete del conocido personaje Black Panther.

El que fuera Pantera Negra en la gran pantalla perdía así su batalla contra el cáncer tras casi siete años de enfermedad. No había trascendido a los medios que el joven actor estuviese enfermo incluso mientras rodaba metiéndose en el papel de T’Challa, el rey de Wakanda. El primer gran super héroe negro que conquistó al mundo por su bondad y ser bien distinto del resto de personajes Marvel. La noticia estremeció a más de uno, tanto por lo inesperado como por el mensaje que dejó a su paso tras echar la vista atrás.

Y es que como decíamos Boseman llevaba enfermo bastante tiempo aunque siempre se había presentado al público con ese porte fuerte que lo caracterizaba. Al menos hasta el pasado mes de abril, cuando hizo una aparición pública a través de las redes sociales que levantó sospechas entre los internautas dado el aspecto del actor. Chadwick aparecía mucho más delgado de lo habitual y ya que en este mundo no nos caracterizamos por pensar dos veces antes de hablar, no fueron pocos los que hicieron mofa sobre su delgadez.

Achacándolo a un posible papel o a exigencias de algún proyecto, muchos usuarios hablaban sobre el actor burlándose de su aspecto. ¡Vaya novedad! Seamos gordos o delgados, estamos expuestos y por lo tanto nos toca tragar con lo que venga, ¿verdad? El propio Chadwick optó por eliminar ese vídeo de su perfil de Instagram tras recibir miles de mensajes no solo de preocupación por parte de sus seguidores sino también de burla sobre su condición física.

¡Qué curioso! Seguramente muchos de los que en su día se jactaron a reír ante la delgadez del actor hace unos días lloraban su muerte preguntándose cómo nadie había sido capaz de ver en esas imágenes un auténtico problema de salud antes que un chiste. Pero en esta sociedad que hemos creado somos así, antes de pensar, antes de valorar cualquier motivo con cierta madurez, emitimos juicios sin importarnos lo más mínimo si vamos a hacer daño o no. ¿Os imagináis lo que debió ser para el actor leer cientos de comentarios sobre su aspecto conociendo su situación? Es duro, de lo más crudo que hemos podido plantearnos en los últimos tiempos. Y al menos, de algo así aprendamos algo, que es mejor permanecer en silencio antes de hablar sin saber.

Lo digo desde la propia experiencia, esa que vivió mi madre en su día también víctima de un cáncer que le hizo adelgazar muchos kilos en muy poco tiempo. Es obvio, los que nos rodean van a preguntar, van a querer saber. Acostumbrados a una persona como era mi madre, gordita y siempre feliz, te encuentras de golpe con un cambio tan radical y quieres saber el por qué. Y ojo, porque lo curioso es que los que se paraban a preguntar sin medias tintas eran gente a los que ni les iba ni les venía si mi madre estaba más o menos delgada. Aquellos a los que realmente les podía importar eran respetuosos y tenían tacto, es de lógica pura.

No me lo digas, te hartaste de ser gorda y te has puesto un balón gástrico, has hecho bien, estás mucho más guapa‘. ¡Qué maravilla! Es decir, te estás muriendo de cáncer, porque lo sabes, y tienes que soportar que la gente se venga arriba para soltarte que efectivamente ahora es cuando eres válida a sus ojos. Cuando una enfermedad mortal te está llevando y te está consumiendo. Pues qué queréis que os diga, dentro de todo el humor que caracterizaba a mi madre, ella siempre decía que prefería mil veces volver a estar gorda aunque todas esas personas la viesen mucho mejor extremadamente delgada.

Somos un cero en empatía, somos un cero en razonar antes de actuar. Nos han vendido tan bien que lo que vale es ser inmediatos, que hacemos daño incluso sin saberlo. Pues eso, que ojalá ya que hemos perdido a un gran super héroe al menos saquemos algo en claro: muchas veces como más guapos estamos no es más gordos ni más delgados, sino en silencio.

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