Todos tenemos días grises o tan oscuros que parecen negros, pero la actitud es la clave.

Por nuestra cabeza rondan miles de preguntas como: ¿y si hubiera estudiado otra carrera? ¿qué pasaría si hubiese aceptado ese trabajo que rechacé? ¿sería feliz si siguiera con ese chico?

Está claro que las dudas siempre están ahí y el cuestionar como hubiera sido nuestra vida paralela es interesante, pero no tenemos que obviar todo lo que somos y lo que hemos conseguido.

Alguien me dijo una vez que pensar en la persona que te gustaría ser es, en cierta manera, despreciar a la que eres realmente.

No cabe duda de que es cierto y es normal plantear alternativas, pero ¿te das cuenta de lo genial que eres cada día de tu vida?

A diario superas retos, aprendes cosas nuevas, haces reír a los de tu alrededor, conoces gente que te puede aportar muchísimo o eres tú quien les puedes mostrar un poco de tu aprendizaje, valores y todas esas maravillas que están en tu interior pasas por alto sin prestarles atención.

Di stop a tus quejas, levanta la cabeza y los hombres, vístete con la mejor de tus sonrisas y sal a comerte el mundo y lo que te dé la gana.

Pide perdón en lugar de pedir permiso, estate orgullosa de tus decisiones, aunque alguna fuera cuestionable, pero si así de decidiste, por algo será. Rodéate de gente que te llame la atención, que te guste su voz y que en cierta manera te enamore su mirada o forma de hablar, por los incentivos de cada uno te ayudarán a buscar lo mejor de cada persona.

Date un capricho cada día, porque te lo mereces y sobre todo, valora todo lo que has conseguir por ti misma gracias a ser quien eres, al tener tu fuerza y al echarle narices a asuntos de los que creías que jamás ibas a salir.

Ríete de aquellos exámenes que suspendiste de manera ridícula, de cuando te caíste delante del chico que te gustaba o de cuando se te escapó un pedo sin querer en un momento un poco embarazoso.

Cuando estés choff, rememora las reuniones con tus amigas donde cualquier escusa es buena para echarse unas risas, recuerda tu primer beso y lo raro que fue tu primer polvo, piensa en el tío más extraño o extravagante con el que te has liado y llega a la conclusión de que al menos te aportó una anécdota que contar y nunca te olvides de todas esas vivencias porque han conseguido que ahora seas una persona interesante y que vale la pena conocer para tenerla en mente siempre.