Después del post del otro día sobre la oleada de haters gordófobos que tuvo que soportar Steisy a raíz de una foto en bikini, hoy queremos sacar el odio en general, no solo por gordofobia.

Y para eso, os traigo unos cuantos ejemplos ilustrados con comentarios que tienen que soportar “influencers”, “instagramers” o como carallo las queráis llamar.

Antes de nada quiero dejar claro que hay alguna de las que pongo como ejemplos, que personalmente no considero ejemplo de nada. Es más, alguna recurre a veces también públicamente al insulto fácil refiriéndose al físico de los demás para intentar humillar, pero personalmente lo considero un rasgo de falta de autoestima e inmadurez en un mundo superficial.

Y como no creo que el hecho de que algunos hagan cosas mal sea justificación para hacerlo los demás, me valen como ejemplo, precisamente por el mundo en el que trabajan y lo expuestas que están públicamente, reciben día a día un millón de comentarios asquerosos (no puedo calificarlos de otra manera).

Aquí os van algunos (nada, un 0’5% de lo que tienen que leer) de los comentarios que reciben en sus IG y en rosa lo que se me pasa por la cabeza al leerlo (y queriendo ser un poquiiiito fina, que si suelto la boca…):

Haters de Ylenia Padilla y Anabel Pantoja

Ylenia y Anabel

Haters de Adara Molinero (esta se lleva casi la copa de oro con cada joyita de comentario…)

Adara

Haters de Sofía Suescun

Sofía Suescun

Haters de Martita de Graná (solo puse un iluminado porque flipo que esta mujer tenga haters) y Laura EscanesMartita y Escanes

Haters de Cristina Pedroche (ya es sabido que tiene pa’ dar y regalar)

Pedroche

A las que están gordas:

  • Deja de comer.
  • Eres una foca.
  • ¿No te da vergüenza con esas lorzas?
  • Vaya ejemplo promoviendo la obesidad, eso no es sano.

A las que están delgadas:

  • Eres una creída.
  • “Uy, parece que te está saliendo un poco de barriga” (siendo MENTIRA e intentando crear complejos).
  • Vaya orejas.
  • Te vistes fatal, eres una hortera.
  • Dedícate a trabajar y deja de lucir palmito.

A las que son madres:

  • Qué mala madre eres.
  • ¿En dónde está tu hijo? Seguro que con su padre, porque tú eres malísima madre.
  • Antes tienes que ser madre y luego mujer.
  • Eres una egoísta por no dar el pecho.
  • Eres una asquerosa dándole el pecho en público.
  • Solo te preocupa tu físico y tu vida, a tu hijo que le den.

A las que son humoristas:

  • No tienes ni puta gracia.
  • Deja de hacer el ridículo.
  • Graciosa sí pero fea también.
  • Ponte a trabajar de algo de verdad.

Son simples ejemplos de todo lo que hay en las redes sociales.

Y yo, de verdad, me pregunto ¿Qué coño os pasa?.

A ver, si alguien en redes sociales “te da asco”, “es una guarra”, “es una mala madre”, en fin, cualquier cosa negativa, si no te aporta… ¿POR QUÉ LA SIGUES?.

Y si no la sigues, y te sale en el explorer, ¿POR QUÉ NO LA IGNORAS?.
¿De verdad os merece la pena perder vuestro valioso tiempo en aportar NADA a la vida de los demás?.

¿O será que estáis podridos por dentro y tenéis que ir echando poco a poco esa mierda, a ver si así los demás también tienen una poquita? . Al fin y al cabo, “mal de muchos consuelo de tontos” ¿no?.

No creáis que voy yo de digna que no opina mal de nadie, faltaría más.
Pero lo que tengo claro es que lo que no suma, resta. No hace falta ser Einstein. Y no tengo yo tiempo que restar en intentar humillar a nadie.

Y ¿de verdad os creéis que a alguien le interesa vuestra opinión si no la han pedido o si no es CONSTRUCTIVA?.
Os recomiendo encarecidamente que leáis mi artículo “Nadie ha pedido tu opinión, así que puedes ahorrártela”, en donde me despido “No esperando que seáis malos, pero sí que dejéis de ser imbéciles, cazurros limítrofes y que seáis un poco más empáticos”.

Y así es, la gente vive sin vuestras opiniones. Y sobre todo, vive mucho mejor sin vuestro odio. Dejad a los demás ser felices y no os escudéis detrás de una pantalla creyendo que desde ahí sois impunes.

Y recordad: “No juzguéis a los demás si no queréis ser juzgados. Porque con el mismo juicio que juzgareis habéis de ser juzgados, y con la misma medida que midiereis, seréis medidos vosotros”.

Marta Freire @martafreirescribe