El que no haya escuchado antes la frase “Ya no comemos como antes”, probablemente vive en un búnker o se relaciona con poca gente. En nuestra época actual de ultraprocesados y comidas milagro, es muy frecuente eso de recordar con añoranza la comida de “antes”. No es raro, tampoco, que muchos nutricionistas de Google (esos que por leerse unos cuantos artículos ya se creen gurús) nos recomienden comer “como nuestros abuelos”, porque ahí está la verdadera clave de la salud.

Gemma del Caño, con su libro “Ya no comemos como antes, ¡y menos mal!” ha venido a romper todos esos bulos sobre la alimentación de “antes” y a recordarnos cómo vivía mucha gente en el pasado. A veces nos olvidamos que en el pasado no habían controles de calidad, podías comer sin querer una fruta venenosa o cazar un animal enfermo que te enfermaría a ti y a toda tu familia. Nos recuerda la suerte que tenemos de vivir en una época donde la carne que compramos en el mercado es de un origen fiable, y las setas que pillamos en el Mercadona no nos van a envenenar.

La realidad es que vivimos en una época privilegiada en el que tenemos acceso a comida variada, segura y de calidad. El tema es que claro, con tantísima variedad… muchas veces se nos va la olla. Hay tantísima información ahí fuera (entre los Carlos Ríos de turno, las mismas empresas de alimentación, las dietas de moda y la demonización de ciertos grupos de alimentos) que a veces es muy difícil saber si lo estamos haciendo bien, mal o qué. Es ahí que el libro de Gemma viene a aclararnos todo.

¿Qué podemos esperar de «Ya no comemos como antes»…?

Lo guay de “Ya no comemos como antes… ¡y menos mal!” es que ahonda en todos esos conceptos que nos han bombardeado en los últimos años (superalimentos, ultraprocesados, muerte al gluten y demás) y nos explica cómo sacarle el máximo provecho a la gran cantidad de opciones alimentarias que hay hoy en día. Destruyendo mitos y bulos, Gemma responde a preguntas que todos nos hemos hecho en algún momento, y las analiza no sólo desde el punto de vista nutricional sino también histórico:

  • ¿Existen de verdad los superalimentos?
  • ¿Son beneficiosos los batidos detox? ¿Qué hay de los batidos de proteínas?
  • Ser vegetariano o vegano, ¿es bueno?
  • ¿El pan integral es mucho mejor que el blanco?
  • ¿Cuánta agua debo beber al día?
  • ¿Es malo el glúten?
  • ¿Son el demonio los ultraprocesados?
  • Contar calorías, ¿sirve de algo?
  • ¿Debería tomar suplementos?
  • Las dietas, ¿funcionan?

Mi veredicto

En resumen, me ha parecido un libro interesantísimo para todo aquel que quiera resolver dudas acerca de su alimentación desde un punto de vista nutricional y científico. Gemma logra explicar cosas complejas con muchísima claridad, y enseña a sus lectores a sacar el máximo provecho de las opciones alimentarias que existen ahora. Se lo recomiendo a cualquier persona interesada en aprender más sobre lo que se lleva a la boca, y que quiera tener conocimientos informados y veraces sobre la alimentación. ¡Que aproveche!

 

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