En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme conocí a un maromo de barba frondosa y polla larga que me dijo, con todo su santo papo, que soy mala en la cama.

A ver, siendo sincera tampoco me pilló de sorpresa. Debo confesar que siempre he sido un poco estrella de mar. Soy una chica tímida fuera y dentro del dormitorio, y además estuve en una relación bastante chunga que me robó toda mi autoestima. Por eso las duras declaraciones de este señor no me pillaron por sorpresa.

Cuando te sientes como una mierda con patas es inevitable comportarte como tal en todos los aspectos de tu vida. En el curro voy con pies de plomos, con mis amigos siempre me da miedo decir algo inapropiado, con mis ligues me acojona muchísimo cagarla de repente… Y a ver, siendo honesta eso es muy cargante para la gente de mi entorno.

Este 2019 me propuse cambiar. Empecé diciéndome lo puta ama que soy en el espejo cada día, y oye, me va bien, pero en el sexo era otro cantar. Por eso la frasecita de mi ligue me dolió un poco.

Tenía dos opciones: asentir y llorar en el baño o aprovechar la ocasión.

“Si soy mala en la cama, enséñame.”

Las inseguridades/rayadas psicológicas son muy malas y muchas veces nos limitan más que nuestras condiciones físicas. Yo achacaba mis estrepitosas dotes sexuales a mi físico, a mi poca elasticidad, a mis problemas para llegar al orgasmo. Por supuesto que eso influye, pero sólo puedo ponerle remedio practicando.

Os pongo un ejemplo. Cuando yo era pequeñita quería dibujar como mi padre. Él es un artista maravilloso y teníamos toda la casa con cuadros suyos, pero cuando yo pintaba algo me daba la sensación de que era un mojón comparándolo con su arte. Sabiamente me dijo “para aprender a dibujar sólo tienes que hacer una cosa: dibujar”.

No me gusta aplicar un consejo tan tierno y familiar al sexo pero bueno, qué se le va a hacer. Lo que tengo claro es que para aprender a follar tengo que follar, valga la redundancia. A ser posible con alguien que de verdad sea bueno en la cama, que se preocupe de mi placer, que tenga empatía sexual, que no se piense que el sexo es como una peli porno… Ya sabéis, un tío NORMAL (aunque lo normal es bastante raro hoy en día).

Y aquí me tenéis, como una quinceañera aprendiendo a darlo todo y disfrutando como nunca con mi ligue manchego de pollón increíble y barba de vikingo.

 

Anónimo