¡Estoy hasta el chocho señoras! ¿Por qué los hombres son tan pesados con el sexo anal?

¡Es que son unos putos pesados! A mí me han intentado follar el ojal TODAS y cada una de mis parejas. Chica que una ya se empieza a cansar, de verdad ¿Qué les pasa? No sé si tienen complejo de minero o si necesitan llenar todos los agujeros. Pero yo estoy de que me intenten follar el donete, hasta el coñete.

Yo y mis amigas lo tenemos claro: Todos los hombres con los que hemos estado se han puesto pesados con el sexo anal, TO-DOS.

No lo entiendo, les hago mamadas de campeonato, me trabajo yo el polvo subiendo, bajando y volviendo a subir. Se corren a sus anchas sin tan siquiera hacer el amago de bajarme al pilón y por si fuera poco, después quieren darte por culo.

¡Pero vamos a ver! Vamos por partes señores.

Primero, es conveniente que tu pareja sexual disfrute del sexo de la misma manera que tú, digo, sería lo suyo. Si para eso tienes que comerle el almendro durante 40 minutos o frotarle el pepito grillo durante 3 horas, lo haces.

Desde aquí hago un llamamiento a la comunicación y solidaridad sexual. Hablemos de lo que queremos y lo que nos gusta. Y más importante aún: demos a nuestra pareja lo que nos pide en la cama.

Muerte a los machos ibéricos que creen que tú no sabes lo que te mola. Muerte a los machos que te van a descubrir un mundo de posibilidades sexuales porque tú no tienes ni idea.

Estoy hartita y agotadita de los machirulos que se creen máquinas sexuales. Son únicos satisfaciendo a una mujer pero oye, mira tú qué cosas, que no saben ni comerse un coño. Y es que no falla, a todos estos incompetentes sexuales se les da de miedo el sexo anal «Bua tío, las tías lo gozan mil cuando les follo el culo»

Claro que sí machote. Relaja la raja, recoge tu ego y vete al cash converters a cambiarlo por un libro de anatomía femenina.

¿Por que son tan pesados con el sexo anal? ¡Es que madre mía! Antes de andar jugando a ser padres de la ciencia y meter el churro en sitios que no son para untar, tengamos la solidaridad necesaria para satisfacer a nuestra pareja, mimarla y permitirla tener orgasmos. Si es que no os pedimos la luna o una cita en la Torre Eiffel, sólo pedimos orgasmos.

Después, cuando tengas la habilidad divina de satisfacer a tu pareja ya hablaremos del resto.

Pocos hombres hay que realmente entiendan y respeten cómo nos funciona el coño y aún así sigan siendo tan pesados con el sexo anal. Básicamente porque cuando te dejas de gilipolleces que ves en el porno y estableces una comunicación sexual sana y realista, todas esas eternas repeticiones se vuelven absurdas.

Mira, una de mis amigas hizo un experimento con esta base científica y descubrimos lo siguiente.

La primera vez que le dices a un machirulo que quieres follarle el culo se ríe y te dice que no entre risas. Pero la segunda vez ya no hay risa alguna. Cómo intentes sugerir sexo anal una tercera ya estás jodida amiga.

Pero eso sí, nosotras tenemos que decir «No» todas y cada una de las veces que nos ponemos a 4 patas.

Porque si no verbalizas la palabra «No» lo siguiente es escupitajo en la mano y adentro con todo.

¡Ya vale coño!

¡Liberación para los anos femeninos! ¡No más anos cohibidos!

M.Arbinaga