Pues si, yo siempre pensé en cada capítulo de Sexo en Nueva York, que iba de serie progre y de mujeres libres y solteras que hacían lo que les daba la gana, que allí, en el grupo, faltaba una gorda. Pero… No una gorda puritana de las que habitualmente salen en las películas o series, no. Una gorda como Samanta Jones. Vamos que de hecho siempre pensé que ella debería haber sido gorda. ¿Por qué? Pues porque yo al menos estoy muy cansada de ver siempre la figura de la gorda como la simpática del grupo, o la que está siempre encerrada en su habitación acomplejada y sin amigos. O la gorda feíta que no liga, y se enamora del guapo que nunca le hace caso. O la que va siempre de negro y es borde de cojones. O sino nuestra Bridget  Jones, que sí , que vale, que fue la primera gordi en la tele a la que se la querían ligar dos tíos buenos, pero a cambio vivía en un piso de mierda, tenía amigos frikis y llevaba bragas de abuela.

Pues mira yo de verdad que lo que hubiera querido ver es a una tía empresaria, divina, con una ropa interior siempre impecable y conjuntada, unos outfitt para caerte muerta, sus manolos, su bolso de Jimmy Choo , su vestidor gigante lleno de ropa XL  y unas tetas  y un culo más grandes que su inteligencia. Y demostrarle al mundo que también existimos gordas así, y que follamos, si señores, follamos, y sin esfuerzo. Y por algo tan simple como que les molamos a los tíos, y encimas nos llaman para repetir, ¡Qué fuerte!

 Y nos quieren invitar a cenar, y nos van detrás, y se deprimen si no les hacemos caso, y no tenemos que esforzarnos para que nos acepten porque vamos tanto de diosas que los demás se creen a pies juntillas que lo somos. Y no follamos con feos, no, follamos con quien nos da la gana.

Así que guionistas de Sexo en Nueva York, o la próxima serie que vayan a hacer de tías guays y buenorras, quiero , no mejor dicho, EXIJO una gorda con glamour, que sea la amiga que más folla, la que más liga, y la que se viste mejor.

Y soltera porque le da la gana, y empresaria de éxito. Y todo eso que en las series se le atribuye siempre a las delgadas, no tengo ni idea de por qué.

Porque en la vida real, hay de todo, pero también existimos gordas que molamos que te cagas. Y precisamente no somos la pobrecita del grupo.

 Así que directores y productores de series y películas, dejen de poner siempre a la mujer exitosa guapa, alta y rubia, porque el talento está en muchísimos más envoltorios.