¡Oh, San Valentín!

Ese halo de amor eterno, los adolescentes hiper-hormonados regalando rosas, tarjetas y caramelos con forma de corazón, anuncios y escaparates copados de purpurina y peluches eternamente cursis como muestras de amor…

¡Ais! ¡Si es que es todo romanticismo! … ¿no?

Pues no, queridos míos. Hay gestos de amor y gestos de… ugh… Espera…

Y es que hay muestras de afecto que harían vomitar al unicornio más curtido a tequilas.

¿Tenéis estómago suficiente para esto? Pues…

¡Feliz San Valentín, perris!

  • Dulzura roñosa. Ooooow… ¡caramelitooooos! ¿En serio? Cielo, invítame a una buena pizza que ya la mordisqueo yo para darle la formita de corazón dichosa si quieres.

  • Peluches, peluches y más peluches. ¡Y cuanto más feos y cutrones mejor! Esos corazones de terciopelo con un «I love you» bordado en hilo plateado en la parte delantera y un «made in China» en la etiqueta. Ay, señor, dame alcohol para soportarlo.

  • Bésame, bésame mucho… Sí, bésame, bésale, bésala… ¡¿PERO ES NECESARIO HACER TANTO RUIDO, POR DIOS?! Que el amor es algo precioso, lo sabemos todos, pero ese sonido de ventosa desatasca-inodoros es muy irritante…

  • «Nuestro amor será eterno…» ¿Como un puente? Típico tópico. Chatos, seguid poniendo vuestros candadicos, ya veréis qué poco dura dicha construcción. Puede que no sea tan buena idea, ¿Hum?

  • Amor… de madre. Nada mejor que ese tatuaje clásico y refinado en letras elegantes y delicadas con el nombre de tu querido chu-chu-chu-chuuuurri en el brazo, el pecho, cuello… No olvidarse de las estrellitas alrededor, ¡por favor! Y es que, llevar juntos más de 30 días, bien merece un gesto así.

  • Te quiero, te adoro… Y te compro un loro. Y a las pruebas me remito. Como en el punto anterior… exaltaciones de amor exagerado y adolescente. Precioso, cómo no. Pero no si estás con amigos, porfi. Di no a las Crepusculadas.

beso

  • HAMOR, con H de Hortera. ¿Por qué? Por favor, explicadme. ¿Qué os hace pensar que toda esa purpurina, brilli-brilli y horteradas varias made in choni quinceañera que nunca son monas tienen que resultárnoslo ahora? No a las declaraciones de amor messenger, please ;-* (L).

  • «Be my valentine». Porque sí, porque no hay nada más bonito que esas tarjetas terriblemente perfumadas, rosas y mal editadas con escritos tan originales como sensibleros tipo «Mi corazón palpita, como una patata frita». Me derrito.

Y, sí, siendo sinceros, todos llevamos dentro a alguien dulce y pegajoso como un chicle de fresa, y nos encaaaaanta estar con nuestra pareja. Pero es que, al fin y al cabo, ¡qué bonito es el amor y qué grima nos da cuando es ajeno!

XOXOXO ;)