Como muchas, en mis tiempos jóvenes y no tan jóvenes tenía mucho acné, lo que me desembocó en lo que yo llamo “los cráteres del infierno”. Probé mil productos carísimos de la muerte, incluso luz azul, porque no quise meterme a anticonceptivas tan temprano.

Así que me hubiese gustado que alguien me descubriera el maravilloso mundo que me abrió el destino ya pasada mi adolescencia: un mundo barato y sencillo que cambió mi carita por completo. Bien es cierto que cada tipo de acné y cada piel es diferente. En mi caso era muy grasa y ahora la tengo mixta, ¡pero todo es probar!

  1. Vinagre de manzana. Sí señoras. Maravilla del universo; ni tónicos que acaban por descamar la piel, ni peelings químicos milagrosos, ni nada. Vinagre de manzana del Mercadona mismo, con un algodoncito todas las noches y fuera. Cutreconsejo: no os toquéis luego los ojos sin lavaros las manos porque aquí la amiga es todo luces y más de una vez se ha ido a la cama como si cortase cebollas.
  2. Aloe Vera. Suena típico, pero es tetica de monja. Eso sí, tiene que ser 100% natural, de los que venden en herboristerías o tiendas de productos naturales. Es un poco más elevado de precio, pero algunas tiendas lo venden en formato de litro con dosificador como el de los geles de manos y cunde muchísimo. Además ayuda a disimular las cicatrices que han dejado los granitos.
  3. Aceite de árbol de té. Remedio de los dioses. Como en el caso anterior tiene que ser natural, hay algunos que los venden en formato roll-on para aquellos granitos más grandotes, de estos que te pesan en la cara y sientes que llevas magdalenas en los carrillos. Te lo pones antes de dormir en Aurelio (no sé vosotras, pero yo pongo nombre a esos granos gigantes) y por la mañana notaréis la diferencia.
  4. Crema hidratante Green Tea de Farmona. Después de dejarme 50 euros cada tanto en cremas que no me hacían gran cosa, probé esta por casualidad. Antes la ofrecían en otro formato, pero han incluido té verde en su composición y ahora es aún mejor. Tiene un perfume muy suave y agradable, y la podéis encontrar en Primor por 2,99 €.
  5. Base de maquillaje de Sephora. Probé bases de maquillaje de todo tipo de marcas, desde las más baratas hasta las de alta gama, y todas acababan por sacarme granitos (así de especialita es mi piel) hasta que llegué a la de Sephora. No he cambiado desde entonces. Está claro que maquillarse con acné no le hace un favor a nuestra piel, pero si os pasa como a mi que no podéis vivir sin vuestra obsesión por los potingues, podéis probar a ver qué os parece. Como os digo, cada piel es un mundo, pero yo cuando encuentro algo que funciona me aferro a ello como a una empanada de atún. Dura 10h (y un polvazo también lo pasa con nota), no es comedogénica (que no te provoca puntos negros vamos), es oil-free y no tiene perfume ni parabenos. Cuesta 15,95 €, no es barata ¡pero podéis pedir muestras para probar!

Que las magdalenas os acompañen, ¡pero en el estómago!

Redacción WLS.