¿Existe alguna persona en el mundo que no haya visto Pesadilla antes de Navidad? De ser así, ¡corred, insensatos! Que encima no dura ni ochenta minutos.
Sería muy fácil escribir para alabar las muchas virtudes de esta película desde un punto de vista cinematográfico, pero por muy interesadas que estemos por las manifestaciones culturales, Weloversize no deja de ser una página sobre mujeres que se quieren o quieren quererse más todavía, así que, partiendo de esta premisa, preguntémonos de nuevo: ¿cómo puede ayudarnos a nosotras una película como esta?
Si tenéis presente la película, seguid leyendo. Si no la habéis visto, os vais a comer algún spoiler, de ahí mi primera recomendación de que ¡corráis a verla!
Recordáis al protagonista de esta historia, ¿verdad? Jack Skellington, o Jack Skeleton como se llamó en España. Un hombre muy larguirucho que se presenta como El rey de las calabazas, haciendo referencia a uno de los elementos decorativos más importantes de Halloween, fiesta estadounidense que da nombre al pueblecito donde viven Jack y el resto de personajes.
Los habitantes de Halloween tienen todos una apariencia terrorífica: payasos, murciélagos, muñecas llenas de cicatrices, vampiros, esqueletos… todos ellos inspirados en los disfraces más recurrentes durante esta famosa fiesta. Jack es un esqueleto, y parece que también es un muerto viviente, puesto que puede «arrancarse» la cabeza sin que le ocurra absolutamente nada.
Pero… en el fondo, sí, algo le ocurre a Jack.
Siente un vacío en su interior que necesita ser llenado. ¿Os suena?
Todos los vecinos de Halloween parecen de lo más felices siendo tan monstruosos. Viven por y para la fiesta de Halloween. Se pasan el año esperando a que llegue su noche favorita y dan rienda suelta a quiénes son en realidad sin mayor problema.
No así Jack.
Una noche, Jack vive una extraña experiencia, parece adentrarse en un bosque que no conocía, y allí encuentra una puerta que le lleva a la ciudad de la Navidad, donde descubre un mundo completamente diferente al suyo que le fascina. Esa experiencia cambiará su vida para siempre.
Jack se obsesiona con aquello que vio y con cómo le hizo sentir. Se encierra en su casa, se separa de todos sus amigos y conocidos y comienza a dar rienda a su locura: él también quiere convertirse en algo navideño. Pero no en cualquier cosa, sino en lo más navideño que haya: Santa Claus.
Pese a que nadie se toma muy bien esta nueva idea de Jack, su entusiasmo logra convencer a todo el mundo y Jack consigue que en la ciudad de Halloween, por primera vez en la historia, se celebre la Navidad. ¿Y, qué ocurre?
¡El desastre! ¡Todo es un fracaso total! La obsesión de Jack ha destrozado la Navidad hasta llegar a poner en riesgo su propia vida y la de Santa Claus. Él solo será capaz de darse cuenta cuando el daño ya esté hecho, y canta (puesto que esta película es un musical) «¿Qué he hecho? ¿Cómo pude estar tan ciego?».
Todo ha salido mal. ¿Por qué? ¿Porque los vecinos de Halloween no se esforzaron lo suficiente? ¿Porque el mundo real no logró comprender esta nueva modalidad de Navidad? ¿O porque un «hombre» se empeñó en ser aquello que no era?
He aquí la lección que debemos aprender de Pesadilla Antes de Navidad. Todos hemos sentido alguna vez «ese vacío en nuestro interior» que no sabemos cómo llenar. Por ejemplo, yo lo llené con comida. Al sentirme insatisfecha con mi propia vida y el camino que estaba tomando, lejos de plantarle cara al problema, decidí ponerme hasta el ojete de chocolate, poniendo en riesgo mi propia vida.
¿Cuál sería, entonces, la clave para no caer en este tipo de errores? La aceptación. O mejor dicho, la autoaceptación. Todos tenemos problemas. Todos tenemos días buenos y días malo. Todos pasamos por baches. Pero si no sabemos quiénes somos, si no nos conocemos bien, si no nos hemos aceptado con nuestros defectos y nuestras virtudes, será más fácil que caigamos en el autoengaño y que creamos que podemos llegar a ser aquello que no somos, con las consecuencias que este tipo de actos generan.
Pesadilla antes de Navidad no es un cuento de Navidad, ni mucho menos. Es un cuento que nos enseña a aceptarnos a nosotros mismos y a sacar el mayor partido de nuestras virtudes. Si eres el rey del mal, como Jack, ¡estupendo! aprovéchalo y celebra el mejor Halloween de tu vida, pero no te empeñes en volverte navideño, tierno y dulce, porque cualquiera puede ver que eso no te pega ni con cola.
No te empeñes en ser quien no eres, porque acabarás agotado, y permítete ser tú mismo.
Si estáis dispuestos a emprender el largo camino de la autoaceptación, en Weloversize hemos hablado varias veces del tema. Podéis consultar estos artículos sobre cómo amar lo que odias de ti mismo o 8 signos de una autoestima baja.
Recuerda: no todos tenemos la suerte de tener a una Sally detrás de nosotros que nos quiera y nos cuide cuando nosotros no somos capaces de hacerlo, tenemos que aprender a cuidar de nosotros mismos cuando estamos en la mejor compañía y cuando estamos solos. ¡Si no te quieres tú, nadie lo hará!
Todas las imágenes han sido tomadas de la película ‘Nightmare before Christmas’ (Touchstone Pictures / Skellington Productions / Tim Burton Productions)
