Seguro que en alguna ocasión te has topado con el típico autodenominado “machoman”, y te has dicho a ti misma: “¡coño! ¡Si es verdad que los extraterrestres existen!, porque está claro que semejante espécimen no es de este planeta, quizás ni de la misma galaxia…

Y, ¿qué es un machoman? Pues aquel tío que se llama a si mismo de esta manera para destacar su increíble virilidad, un empotrador de los pies a la cabeza, y muchas veces con el tiempo descubres que lo único que ha empotrado ha sido la cabeza contra un árbol y de ahí que esté “pirao perdío”.

¿Cómo reconocerlos?

  • Son los que suelen ir por todas partes contando con pelos y señales todo aquello que hacen con las mujeres, dónde y de qué manera. Son como las antiguas radionovelas pero versión porno, y por supuesto lo cuenta a través de una súperlupa que ellos mismos aumentan según les interese; así que si te das un simple besito con ellos, iran diciendo que te la han metido hasta en el bolso.
  • Otro rasgo característico es que suelen presumir de lo mucho que ligan, vamos, que tienen que quitarse a las tías de encima porque les agobian, aunque a la única tía que ves que le agobia sea la RRPP de una discoteca, y con suerte.
  • En tercer lugar, al “haber tenido muchísima experiencia sexual”, saben más de sexo que un sexólogo profesional. Eso sí, luego no saben cosas tan básicas como que las mujeres hay días que lubricamos más que otros, que el clítoris no es un “rasca y gana”, que para tener sexo anal hay que lubricar la zona porque no lo hace por sí mismo, y unas pocas cosas más. Acabas por creer que en realidad no ha visto un chocho en su vida, y tonterías varias por las que acabas pensando “más tonto y ya no es que nazca medusa, es que nace microbio directamente”…

Y, por supuesto, si intentan ligar contigo y pasas de ellos, al haber dañado su orgullo de hombre, te llamará poco menos que estúpida por rechazar la increíble oportunidad de tu vida de estar con un hombre como él, alegando que esta oportunidad jamás la volverás a tener porque nunca volverás a dar con un hombre como él, a lo que respondes “¡¡menos mal!!”, porque cualquiera aguanta a más de un “iluminao” de éstos…

¿Qué hacer si te topas con uno? Intenta alejarte lo más posible.

¿Recuerdas alguna anécdota en relación a este tipo de alienígenas? Cuéntanos!!

Carmen C.