Conoces a un chico en Tinder y, tras hablar durante días contándoos absolutamente todo, decidís quedar. La cita fluye, la cosa marcha. Os gustáis. Tú estás cómoda y hacía mucho que no te pasaba eso, así que acabáis besándoos y si surge, dándole al tema. El sexo es espectacular. Seguís hablando y quedando, y cada vez hay más intimidad y confianza. Duermes en su casa y veis pelis abrazados. Todo marcha. ¿Qué podría salir mal?

De repente llega el drama. Su móvil suena y al desbloquearlo miras con el rabillo del ojo, descubriendo un icono en la pantalla que te suena de algo. ¡Es Tinder! Empiezas a rayarte. “¿Por qué lo usa? ¿A ver si no le gusto tanto como el me gusta a mí? ¿Y si está quedando con otras?”. Tampoco habéis hablado de tener algo serio o exclusivo, pero no te esperabas que siguiese quedando con gente. Esto ha sido un batacazo y no sabes qué narices decir.

En este caos mental, las probabilidades de cagarla son supremas. Por eso vengo a contarte varias cosas que no debes hacer, y varias que sí debes hacer para quedarte tranquila.

No deberías…

  • Cogerle el móvil. En serio, no lo hagas. Es su intimidad, no la violes.
  • Descargarte Tinder par ver si le ves pululando por ahí.
  • Descargarte Tinder y hacerte un perfil falso, que todavía es peor que lo anterior.
  • Pedirle a tu amiga con Tinder el móvil para ver si descubres el pastel.
  • Soltarle indirectas pasivo-agresivas.

Sí deberías…

  • Hablarlo con él. Fin.

Sé que acojona mucho tener esta conversación, pero es tan fácil como decirle “mira, Fulano, te quería preguntar si lo nuestro es serio o si quieres seguir quedando con gente”.

Si tu quieres algo exclusivo y monógamo, díselo sin miedo. Si al chaval le gustas, te dirá que quiere algo serio. En cambio, si no le gustas, te habrás ahorrado un par de meses de falsas esperanzas, porque cuanto más alargues esta conversación, pero irá.

Da mucho miedo tomar las riendas en una “relación” (entiéndase por relación cualquier ligoteo tonto previo a tener algo serio), pero tampoco puedes vivir con esa incertidumbre constantemente. No eres una persona pesada, agobiante o desesperada por preguntarle qué es lo que siente por ti o qué es lo que quiere hacer con lo vuestro.

Lo verdaderamente peligroso es recurrir a estrategias pasivo-agresivas chungas, como alejar a la otra persona para que no nos haga daño. Eso no soluciona nada y al final quién peor lo va a pasar eres tú.

Si te dice que quiere quedar con más chicas tienes dos opciones:

  • ¿Tú quieres seguir conociendo a gente? Pues genial.
  • ¿Tú no quieres seguir conociendo a gente, pero te parece bien que él sí? Pues genial también.
  • ¿Tú no quieres que ninguno de los dos siga conociendo a gente? Pues díselo y a ver qué pasa. Si no queréis lo mismo, lo mejor va a ser cortar por lo sano.

La sinceridad soluciona absolutamente cualquier problema interpersonal, así que practícala.