Damas y caballeros, permítanme presentarle El pasaje del gorditerror, la nueva atracción que ha llegado a su ciudad para hacer las delicias de los más finos y provocar terribles pesadillas a cualquier ancho que se atreva a entrar. Si usted se cree con suficiente personalidad como para adentrarse en este terrible pasaje sepa de antemano que no tendrá que enfrentarse a ningún monstruo, porque ahí dentro el único monstruo será usted. ¿Está preparado para vivir en sus propias carnes el gorditerror? Entonces, ¡pasen y vean, y, sobre todo, sufran! Y si no les gusta lo que han visto, recuerden que no pueden reclamar, porque si alguno de ustedes, gorditos muy seguros de sí mismos, se adentra en esta terrible atracción, se verá obligado a enfrentarse a sus más terribles miedos. Nosotros no estamos haciendo nada malo, solo le mostramos la verdad, nosotros solo queremos lo mejor para usted. ¿Se atreven, todavía, a probar el pasaje del gorditerror? ¡Entonces síganme!
¡Cuidado! En cuanto des el primer paso hacia el gorditerror tu madre aparecerá en ese rincón oscuro de la derecha para decirte: ¡Deja ya de comer! ¿No ves que ya has comido suficiente? ¡No comas tanto pan! ¡¡¡He encontrado restos de comida en tu cuarto!!!
Parece que has sabido esquivar el primer susto. Normal, llevas toda la vida haciéndolo. Pero no estés tan seguro de ti mismo, ¡nos adentramos ahora en la terrible consulta del doctor! Parece que la espalda lleva varios meses doliéndote, y eso, querido gordo, es lo menos que podía pasarte porque cuando el doctor se gire hacia ti te gritará en la cara: ¡Si no adelgazas veinte kilos tendrás que aguantar tú solo tus dolores de espalda! ¡Te voy a meter en la cabeza que lo que necesitas es adelgazar!
¡Corre! ¡Huye de esa terrorífica consulta! Pero prepárate porque ahora vas a entrar en… ¡la boda de tu prima! ¿Qué puede tener de terrorífico la feliz y esperada boda de tu prima? Nada, aparentemente… si no eres un gordo. Porque si estás gorda te las vas a ver y desear para encontrar un vestido que te valga y te siente bien para estar a la altura en la boda del año. ¡Deprisa! ¡Busca en internet! ¡Pregúntale presupuestos a las modistas! ¡Desespérate cuando descubras que todos los vestidos que te entran dejan tus horribles brazos al aire, así que ahora, además, necesitas una torerita a juego!
Aguanta tus lágrimas, que ahora vamos a darte un respiro. ¿Ves ese espejo de allí? Mírate en él. ¡Vaya, parece que alguien ha adelgazado y tiene un cuerpazo de infarto! ¿Te encantaría ser así, verdad? Te encanta mirarte en este espejo curvado que distorsiona tu imagen para que te veas como realmente quieres verte, admítelo. Y disfruta de tu momento, porque en el siguiente espejo te vas a ver todavía más gorda y más pequeña. ¡Pareces una calabacita! ¿No es gracioso?
¡Ufff! Ahora viene una de las pruebas más difíciles, el estrecho pasillo que te lleva hasta la persona que te gusta. Esa persona está precisamente en la puerta que te hará salir de este claustrofóbico lugar, así que tendrás que hablarle para que te deje pasar. ¿Qué pasa, que te da vergüenza? ¿Por qué? ¿Porque seguramente esa persona esté pensando «menuda gorda viene hacia aquí» y tú solo quieres morirte aquí mismo? Vamos, ¡échale valor!
Hemos dejado para el final nuestro susto preferido. Todas esas bolas gigantes que vienen hacia ti y que, seguramente podrán contigo, son las enfermedades de los gordos. ¡Aquí viene la diabetes, seguida del colesterol! ¡Tienes que ser más rápida si no quieres que te caigan encima todos esos ovarios poliquísticos! ¡Huy, casi te derriba ese hígado graso! Será mejor que te tranquilices, ¡no sea que te dé un infarto!
¿Tampoco ha sido para tanto, no? Siéntanse afortunados sin han conseguido salir ilesos, porque nosotros no nos hacemos cargo de los accidentes que los gordos puedan sufrir en nuestra atracción, al fin y al cabo ellos entraron porque quisieron. Deseamos que se hayan aterrorizado lo suficiente como para pensarse lo de seguir estando así de gordo. Y recuerden, nada de lo que han visto aquí dentro ha sido fruto de su imaginación, todo era real, y nosotros solo hemos querido hacerle pasar por este mal rato por su propio bien.
