Al contrario que Nochebuena y Navidad, que son fiestas más familiares, la Nochevieja es una fecha para disfrutar con los amigos, beberse hasta el agua de los floreros, bailar canciones que durante el resto del año has odiado a muerte como si fueran tus canciones favoritas de siempre y, sobre todo, arrimar cebolleta. Porque en Nochevieja quien no pilla cacho es porque no quiere. Y esa es la magia de la noche de fin de año.

A mí me ha tocado pasar unas cuantas nocheviejas en pareja, y la verdad, no se disfrutan igual. Está muy bien eso de tener a quién besar cuando acaba de empezar el año y te rezuma el juguillo de las uvas que no has sido capaz de tragar por la comisura de los labios, pero yo, desde que soy una solterona, vivo la Nochevieja mucho más a tope.

Porque a lo mejor es verdad que es el peor día para salir, es bastante cierto que en los cotillones aprovechan para meternos garrafón y envenenarnos vivos, que hace un frío que te quieres morir en la calle y en el bar quizás haya demasiada gente. Pero por favor, vamos a mirar las cosas con optimismo, que estando el año recién estrenado no se puede pensar solo en lo malo: si algo es la Nochevieja, es la noche en la que a nadie le va a importar que estés gorda para que te metan la lengua hasta la campanilla.

"Haywire" Los Angeles Premiere - Arrivals

Barra libre, musicote y euforia. Digo euforia por no decir gran variedad de drogas, porque para la que aquí escribe la única droga es la vida, pero siempre hay alguno que recurre a la química para enriquecer sus noches de jarana. Y oye, yo no soy quién, que ya está Dios para juzgarnos. A mí lo que me interesa es que, drogados o borrachos, los hombres quieren tocar teta, y las gordas, por norma general, las tenemos bastante grandes.

Querida amiga con sobrepeso: que no te falte el escote en esta noche mágica. Hay que saber cuáles son nuestras mejores armas, pero sobre todo, hay que saber utilizarlas. Y si en el día a día dos tetas tiran más que dos carretas, en Nochevieja concretamente dos tetas tiran más que dos tías de la talla 36.

En el código genético humano está escrito que el hombre, en su deseo más primario, busque la voluptuosidad, las caderas anchas y, si me permitís ser así de repetitiva, las tetas gordas. Luego han venido muchos siglos de convenciones sociales, modas y gilipolleces, pero el alcohol hará que todos volvamos a la caverna por una noche. Y allí estarás tú, preciosa y escotada, para aprovechar el momento.

Déjate seducir por las melodías de Pitbull, tómate unos gintonics con sabor a colonia, procura no vomitar en público, que eso rompe la magia, asegúrate de no meterte el vestido por dentro de las medias cuando vayas al baño, que eso se la baja a cualquiera, y elige a tu presa. Lánzale tus hechizos de amor como si fueras Afrodita la de Mazinger Z y, si ves que el chico los esquiva, tú no te preocupes, que será por hombres borrachos en la noche de Nochevieja.

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