Los amigos están para lo bueno pero sobre todo para lo malo. Cuando las cosas se ponen feas es cuando realmente sabes quiénes están a tu lado. Todos tenemos algún colegui que lo está pasando mal, ya sea porque le han roto el corazón, porque se ha muerto su mascota, por la enfermedad de un familiar cercano o por frustraciones laborales. Sea por el motivo que sea los periodos de duelo son muy complicados y es el momento de demostrar lo buenos amigos que somos, por lo que debemos intentar socorrer y hacérselo pasar lo mejor posible a nuestra persona querida. Cada persona es un mundo, pero existen unos puntos que no debemos olvidar nunca:
Gestos de cariño
La mayoría de las veces un buen abrazo transmite más que cualquier discurso prefabricado. El contacto humano ayuda mucho en los momentos difíciles pero algún detallito material también. Aprovecha el momento para regalarle a tu amichi ese libro que habías pensado para su cumpleaños, un kilo de golosinas suecas o un muñequín chorras. Cualquier tontería le subirá el ánimo en un momento tan difícil.
Comprensión a tope
Es posible que tu amichi necesite tiempo y espacio para poder digerir sus dramas y por mucho que tú quieras mostrarle tu interés en ayudar puede que sea contraproducente. Lo ideal es que sepa que estás disponible para cuando quiera pero sin atosigar, porque no todo el mundo reacciona igual ante las adversidades. Debemos mostrarnos muy compresivos ante una situación así y soltar un poco de amarre. Cuando haya pasado el tiempo necesario y se vayan curando las heridas poco a poco todo volverá a su sitio.
Siempre presente
Como decía en el punto anterior, conseguir que la persona que lo está pasando mal sepa que estás ahí para todo lo que necesite sin invadir su intimidad es algo complicado. A veces, con mandar un emoji para hacer saber que le tienes en tus pensamientos es suficiente, otras te tocará ser una oreja para escuchar todas sus quejas e incluso tendrás que estar preparada para una fiesta loca cuando se tercie. Todo depende de la persona. Pero reconforta mucho saber que hay alguien pendiente de ti cuando lo estás pasando mal y como un amigo (o un novio, o un familiar cercano, o cualquier persona a la que apreciemos) es un tesoro, pues nos toca cuidarlo de la mejor manera que podamos.
Palabras empáticas
Si no sabes bien qué decir casi es mejor que no digas nada, porque los lugares comunes a veces ofenden. Busca un discurso sencillo que te salga del corazón y olvídate de todas esas frases hechas que solo sirven para estampar tazas de desayuno.
Haz payasadas
De todo tipo. Desde ponerte el sujetador en la cabeza a modo de gorrito hasta marcarte el baile de Urkel en el momento menos pensado. Si no estás especialmente inspirada, siempre puedes buscar gifs graciosos en la red (bendito internet) o incluso videos de animalicos majos. La cuestión es robarle una sonrisa a tu persona querida en esta etapa tan complicada de su vida, porque las risas también son terapia.
En realidad la receta es más sencilla de lo que parece, todo lo que se necesita es mucho amor y una pizca de paciencia. Dicen que el tiempo lo cura todo y, por complicada que sea la circunstancia, las aguas volverán a su cauce poco a poco.
