El otro día pensaba cómo eran mis tardes de la niñez. Después del cole me daba tiempo a todo: un rato en el parque, jugaba a espías, dibujaba, leía… Y siempre había tiempo para un momento que, la gran mayoría, recordamos: el bocata viendo los dibujos. Ese rato lo tengo grabado a fuego. Y también recuerdo que, a veces, mi abuela me preguntaba qué pasaba. A ella sólo le gustaba Heidi, pero le contaba las misiones de los caballeros del Zodiaco, por qué esos perros iban vestidos de mosqueteros o le decía “es que es chico y chica a la vez”. Así es. Con la naturalidad que daban los dibujos le contaba a mi abuela que Ranma “ése, el que lleva trenza” es chico y chica a la vez. Y no pasaba nada. Imagino que mi abuela lo asumía porque no me preguntaba nada. Y, para mí, todo era correcto. Me resultaba más extraño que el padre fuese panda y sí, el señor pervertido (el maestro Roshi ) que perseguía a Ranma con agua para verle desnuda, recuerdo que me resultaba terrorífico.

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Si hay alguien que no lo ha visto (¿alguien?), hablamos de Ranma ½, un anime de 1989 (bueno, su primera emisión en Japón) basado en el manga del mismo nombre. 1989 y los niños y niñas veían una serie en que el protagonista era chico y chica a la vez y no pasaba nada. Vale, el proceso en el que cambiaba de sexo se debía a una maldición de un pozo, pero lo importante es que asumíamos los cambios que tenía con naturalidad.  Toda una generación de niños viéndolo  (bueno, vale, tuvimos censura  con algunas escenas de desnudos y homoeróticas). Y, según su escritora, Rumiko Takahashi, precisamente lo que pretendía era eliminar la preferencia de géneros y crear algo que gustase a niñas y niños. Por eso, como yo le decía a mi abuela, “es chico y chica a la vez”.

Con el paso de los años, es cuando me he dado cuenta de lo que realmente se contaba en esa historia. Pero ahí tenemos a Ranma, que en determinado momento se ve encerrado en el cuerpo de una chica y que se siente atraído por mujeres. Y, a veces, está confundido porque descubre que hay cosas que sí que le gustan de ser mujer. Ranma, lo que siente, lo que piensa, está atrapado en un cuerpo que no le corresponde. En la serie, tenía solución momentánea, pero nos estaba hablando de una situación que viven hombres y mujeres en la vida real. El sentirse atrapado en un cuerpo que no es el suyo. Ranma, primer transgénero de la televisión en una historia para niños.

Ahí estábamos, una generación de niños viendo unos dibujos que hablaban de ello (sin decirlo del todo) en televisión en abierto.

Pero no sólo, Ranma. También en esa época teníamos la famosísima Sailor Moon (1992 de Naoko Takeuchi). Al igual, que Ranma, se trata de un anime japonés. Dejando a un lado la cultura y sociedad japonesa (que difiere en muchísimos aspectos a la occidental y donde la cultura, el feminismo, los roles… no deben compararse con los occidentales), esta serie fue uno de los anime más censurados en la televisión americana y europea debido a las relaciones homosexuales de los personajes.

Sorprendentemente, en España no sufrió tanta, pero lo que hacían era cambiar el doblaje y, además de modificar la historia, cogían a personajes que tenían un aspecto andrógino y, al cambiar la voz, les hacían pasar por hombres o mujeres según conveniese. Puede que cuando lo veíamos de pequeños, nos quedáramos con la idea de una adolescente que descubre que en realidad es Sailor Moon, encargada de proteger el mundo («Soy la guerrera que lucha por el amor y la justicia, Guerrera Luna… Y en nombre de Luna… ¡Te castigaré!») pero había algo más. Viéndolo con el paso de los años, nos damos cuenta que, en realidad, no había tantas primas que se quisieran tanto (Urano y Neptuno; Marte y Venus); ni esas relaciones de tío y sobrino (Zoicite y Kunzite)… No, no todo el mundo era familia repentinamente. Eran parejas, parejas del mismo sexo.  Además en la última temporada aparecen Sailor Starlights. Pensamos que son personajes femeninos todo el tiempo, pero son tres hombres que, cuando luchaban, se transforman en mujeres.

Screenshot-2016-03-26-07.45.33.png_1-1-1024x565No eran primas.

Creo que ha llegado el momento de revisionar estas series (otro tanto pasaba con los Caballeros del Zodiaco). De que televisiones se atrevan por volver a mostrar estas historias. Ya lo hicieron, ya lo vimos. Nos contaban situaciones, relaciones, emociones de forma natural (rodeado de fantasía e historias imposibles, claro). ¿Somos conscientes de lo que estas series significaron? ¿De lo que realmente se atrevían a contar? Volvamos a verlo. Un paso atrás, para poder ir hacia adelante.

 

Imágenes de: ‘Ranma ½’ ( Studio DEEN) y ‘Sailor Moon’ (‘Bishōjo Senshi Sērā Mūn’) (Toei Animation)