Toda esta historia empezaría cuando Rebel adelgazó en 2020 más de 30 kilos por recomendación de un ginecólogo para congelar y mejorar la calidad de sus óvulos.

Total, que después de tres cirugías; (admitido por ella misma), se rumorea que una fue una manga gástrica pero no se sabe a ciencia cierta; dieta y entrenador personal, los óvulos no sobrevivieron a la descongelación y tuvo que recurrir a gestación subrogada. Que acudir a este tipo de gestación daría para otro debate. 

Ella afirmó que cuando el médico le dijo que estaría más saludable si perdiera peso, se ofendió pues aunque estaba gorda estaba sana.

Y es que Rebel ha sido durante toda su carrera un estandarte del body positive.

En nuestra memoria quedará aquel momentazo recogiendo el premio de Mejor Beso en los MTV Movie Awards de 2016 con la faja al aire o aquella colección de prendas de talla grande que lanzó con Torrid allá por 2015. Así como todas sus declaraciones en Instagram a favor del movimiento body positive.

Incluso después de haber adelgazado. Porque el quid de la cuestión no está ahí. El único problema que encontró tras adelgazar fue por parte de su propio equipo y es que al parecer la querían encasillada en el papel cliché de «gorda graciosa». Muy triste, si. Al parecer las gordas solo pueden ser graciosas y al parecer las delgadas no pueden serlo, sic. Llegó a denunciar que en Hollywood le pagaban muchísimo por engordar.

Bueno, el caso es que ella ha seguido con su vida y su carrera como productora y como actriz.

Este verano tuvo que salir del armario porque al parecer se sintió amenazada por un periodista que sabía de su relación.

¿Y esto por qué lo cuento? Pues porque su pareja Ramona Agruma, diseñadora de moda y joyería, tiene que ver con la polémica.

La polémica en cuestión se ha desatado cuando ambas han creado una marca de ropa llamada R&R Club (con sus dos iniciales) y han sacado una colección cápsula de un único look compuesto por sudadera de capucha y pantalón de chándal en blanco con logo en morado.

No están disponibles en tallas grandes, sólo se pueden adquirir en tallas XS a XL.

Las redes sociales han ardido con esto estos días. Algunxs la han acusado de haberse vuelto gordófoba, otrxs le han echado en cara el haber sido toda la vida talla grande y ahora olvidarse de ellas. Incluso hay gente que ha cuestionado a toda su persona al concluir que quizás la culpa fue nuestra por habernos hecho una idea equivocada de quién era ella desde un principio. Os podéis imaginar.

Ella por su parte ha contestado con un Instagram Stories asegurando que su colección había sido un éxito y que están «planeando hacer más colores y tallas» y preguntaba a sus seguidorxs en cuáles estarían interesadxs. Dando a entender que el malentendido no se debía a que ella no fuera inclusiva sino a que era un primer acercamiento.

Pero esta respuesta no ha convencido a todo el mundo y ha continuado la polémica.

A ver, yo es que no puedo ser objetiva porque la puto adoro, Rebel Wilson me robó el corazón hace tiempo, aunque entiendo la desconfianza que ha generado todo el asunto.

Vosotrxs qué opináis? Alta traición? Malentendido? Se han sacado las cosas de quicio?