A veces hay comidas que te entran por los ojos y piensas ‘qué rico, esto es una cochinada fijo’. Luego te paras a pensar y en realidad, o no es para tanto, o directamente puedes versionarlo convirtiendo un plato con la misma pinta en una riquísima receta saludable. Eso es lo que me pasó a mi cuando vi por Pinterest unas super hamburguesas rellenas de huevo. Solo necesitas:
– Carne picada (la mía es de ternera y bastante magra).
– Huevos.
– Salvado de avena molido (o pan rallado si te da igual el tema hidratos).
– Perejil, cebolla en polvo y especias al gusto.
Lo primero que hice fue meter la carne picada en un bol y darle un buen meneo mezclándola con el perejil y la cebolla en polvo. El truco de la casa es echarle un par de pulverizaciones de sal de trufa, ¡le da un puntazo! La gente suele echar también pan rallado pero lo sustituí por una cucharada de salvado de avena en polvo. Así lo que conseguimos es que la carne coja algo más de consistencia y no se nos deshaga al intentar darle forma.
Una vez esté todo bien mezcladito, lo extendemos sobre una tabla formando nuestras hamburguesas. Cogemos entonces un vaso (que no sea muy grande, yo lo usé demasiado grande y luego tuve que rectificar) y hacemos el agujero en el que irá nuestro huevo.
Hacemos la carne (en forma de donuts) en una sartén con una gota de aceite. La propia carne soltará juguito así que cuanto menos aceite usemos, mejor. Cuidado al darle la vuelta para no romper la gran obra de arte (no lo digo porque se me haya roto una… que va…).
Nada más darle la vuelta, procedemos a echar el huevo en el agujero. Si sobra mucha clara podéis retirarla cuando se haya cocido para que la presentación quede más limpita. Si queréis que la yema se cocine bien es preferible tapar la sartén unos minutos.
¡Listo! Sirve la hamburguesa y cuando la trocees para darle un mordisco… ¡ñam! ¡A disfrutar!