¡¡Manos a la masa, y hagamos pizza!!, pero de la de verdad, con su buena masa, sin invenciones extrañas, porque no hay nada mejor que disfrutar como un nene comiendo pan, la magia de lo simple. Así que, dadle duro a esta receta, que se convertirá a partir de ahora, en vuestra cena festiva de los viernes.

¿Qué necesitas? Pues, un ratico de tiempo, especias y ganas de amasar. Pero para ser más concretos, estos son los ingredientes:

Para la masa

  • 400 gr. de harina (aquí tienes unas cuantas sanitas)
  • 200 ml. de agua templada.
  • 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
  • una pizca de sal.
  • un poco de harina (para espolvorear en la encimera a la hora de amasar y estirar la masa).
  • 2 gr. de levadura fresca (disuélvela en el agua antes para que sea más sencillo incorporarlo).

Mézclalo todo durante unos 10 minutos, y luego deja la masa, en forma de bola, en un recipiente tapado reposar durante mínimo 20 minutos. Mientras tanto, preparamos el resto de los ingredientes.

Dependiendo del tamaño de tu pizza, puede que te dé para dos masas (a menos que las hagas como plazas de toros), pero no os preocupéis porque si solo queréis comer una pizza, hacéis una bola con el resto y al congelador, que no hay problema, os aguantará un par de meses fácilmente. Eso sí, tendréis que acordaros de sacar la masa el día antes de cuando queráis volver a hacer una, para que podáis amasarla un poco de nuevo, una vez descongelada.

Para la salsa:

  • 200 ml de tomate triturado (no salsa de tomate, ni tomate frito, ¡¡por Dior!!!)
  • 60 ml de salsa barbacoa (si eres vegano estricto, utiliza un que sea apta). Si quieres una que no engorde, esta es maravillosa.
  • Sal y pimienta al gusto.
  • Media cucharadita de orégano en polvo.

Bátelo para que se integren todos los ingredientes y obtengas la consistencia de salsa que más te guste.  Si quieres, puedes añadir un poco de hummus a esta mezcla, y aparte de darle muy buen sabor, tendrás tu aporte de proteína extra y le dará una consistencia más espesa y untuosa a tu salsa.

Ingredientes: 

  • Media coliflor
  • Un diente de ajo troceado
  • Media cebolla en tiras
  • Unos 6 tomates cherrys.
  • Unas hojas de albahaca
  • Queso vegano tipo mozarella o parmesano, y sino tienes puedes usar tofu cortado en tiras.
  • Media cucharada de ajo en polvo
  • Media cucharada de cebolla en polvo
  • Media cucharada de pimentón.
  • Un poquito más de salsa BBQ para bañar la coliflor, una vez cocida.

Cuece un poco la coliflor, que tendrás que cortar en pequeños trozos (en una vaporera durante 15-20 minutos queda genial). Mientras tanto, pocha en una sartén la cebolla, y si la dejas caramelizar un poco, el toque que le dará a la pizza será espectacular, luego añade el ajo y los tomates cortados por la mitad, con las especias, y apaga el fuego, solo déjalos que se mezclen y empiecen a dorarse un poco, ten en cuenta, que se terminarán de hacer en el horno.

Espárcelo todo por encima de tu pizza, que habrás estirado previamente y cubierto con la salsa, y luego añades el queso vegano, y los trozos de coliflor que has cocido y que deberás después bañar en salsa barbacoa antes de repartirlas por tu pizza, y al horno. En 15 minutos en un horno precalentado a 180 grados debería estar lista, ¡¡¡pero vigílala!!!, porque cada horno es un mundo, y no queremos que esta maravilla se churrasque después de todo. La base y los bordes de la pizza deben estar un poco dorados cuando los saques del horno, y en ese momento puedes poner la albahaca, que será el toque final.

Recuerda poner un poco de aceite de oliva bajo la masa de pizza, en la bandeja de horno que vayas a utilizar para que quede más crujiente, y pon la bandeja a mitad de horno con calor por arriba y por abajo. 

ES-PEC-TA-CU-LAR. No vas a dejar ni una miga. I promise you !!

Crismalula