Son muy ridículos, todo el tiempo intentando impresionar con sus batallitas. Por circunstancias de la vida hubo un tiempo siendo yo más joven que estaba prácticamente rodeada de esos machitos y competían entre ellos a ver quién tenía más trofeos a sus espaldas, y ganarme a mí sería la releche.
Pero a mí esa gente me hace saltar las alarmas y me gusta que estén bien lejos.
Qué grima me dan