Que 2020 está siendo un año muy duro lo sabemos todos. Nos ha tocado vivir esta mierda de pandemia y sus consecuencias y es todo un asco.

Mascarillas, gel hidroalcohólico, distancia social… En fin, como decía aquella niña en su primer día de cole, es mejor eso que morirse, así que, démonos con un canto en los dientes si conservamos la salud, respetemos las medidas de prevención y tratemos de llevarlo lo mejor posible, que es lo único que podemos hacer.

La nueva normalidad llegó para quedarse un buen rato y no va a hacer una excepción con las Navidades, pero esto no significa que no podamos disfrutarlas, aunque sea con pequeñas cosas como las de la siguiente lista de rituales navideños que ni la pandemia nos puede quitar:

  1. Las luces, decoración, el árbol y, cómo no, El Belén. Vamos a seguir pasando muuuuucho tiempo en casa, demos rienda suelta a nuestro recluido espíritu navideño y decoremos nuestros hogares como si del mismísimo centro de Vigo se tratase. A tope de luz, color, bolitas, figuritas y bien de espumillón, que es barato, socorrido y muy versátil. No nos limitemos al salón, este año podemos ponernos innovadores y extender la Navidad al dormitorio e incluso el baño.

  1. Escuchar villancicos. Existe una gran variedad dentro de la música navideña, quizá no te gusten todos, pero no será por opciones. Si hay niños pequeños en casa caerá un rato de Cantajuegos, o de Pica Pica, o los villancicos tradicionales de toda la vida. A mí personalmente, estos últimos son los que menos me gustan y no aguanto más de unos minutos sin que me de el tic en el ojo, pero hay miles de opciones de tantos otros estilos. Michael Bublé, Boney M, Frank Sinatra, coros Gospel, Pentatonix y un largo etcétera. Si hasta Sia tiene villancicos, que molan mucho, además.

  1. Cantar All I Want For Christmas Is You en bucle. No soy imparcial, es la canción de las navidades por excelencia, esto es así. Y no la he incluido en el punto anterior porque no es un villancico. Es un himno. Una declaración de intenciones. Un estilo de vida. Supongo que la amas o la odias. Yo la AMO. Puedo escucharla (y cantarla y bailarla) en cualquier momento del año. Gracias Mariah, gracias.

  1. Ver películas navideñas. Hablando de All I Want For Christmas Is You… hay que ver Love Actually cada Navidad, y este año no va a ser diferente en ese sentido. Pero no solo de Love Actually viven el hombre y la mujer amantes de estas fiestas. Con las películas pasa un poco como con los villancicos, hay un montón de subgéneros, seguro que alguno te gusta. El abanico es tan amplio y diverso que por fuerza tiene que haber algo para ti. Desde grandes clásicos como La Gran Familia o Qué Bello es Vivir, hasta las variopintas opciones actuales disponibles en Netflix, pasando por Solo En Casa, Socorro ya es Navidad, Eduardo Manostijeras, ¡o Los Gremlins! Por si os apetece el plan, pero no os viene la inspiración, os dejo un par de listas aquí y aquí. Sí, Love Actually sale en las dos.

 

  1. Enviar felicitaciones. Postales, cartitas, emails, cadenas de whatsapp… No, mejor evitemos el reenvío de imágenes y textos tipo de whatsapp que, en realidad, no nos dicen nada y poco tienen que ver con lo que sentimos por las personas a quien lo hacemos llegar. Dejemos estos últimos para aquellos que sientes que igual estaría bien enviar algo, pero que tampoco es que cuenten con todo tu afecto. Sin duda este es un buen año para recuperar viejas costumbres y enviar postales de las de toda la vida, con unas líneas escritas de nuestro puño y letra, en las que intentar condensar el cariño con el que nos hemos acordado del destinatario. No sé, a mí me gustaría recibirlas.

  1. Los jerséis navideños. Nada nos puede impedir ponernos esas horribles prendas de ropa a full de copos de nieve, renos, hojitas de acebo y demás, en brillantes colores, pero con clara predominancia del rojo y el verde. Salvo quizá el buen gusto, pero oye, que si en tu casa es tradición, pues te los pones y punto. Solo se pueden lucir un par de semanas al año, o sea que, como diría Pitbull: dale.

  1. Comer turrón, polvorones, mantecados, etc. Lo que más te guste, no te prives, que si no ¿qué propósito de año nuevo nos vamos a poner? ¿Eh? No, en serio, lo bueno de los dulces típicos de estas fiestas es que se pueden comprar en cualquier supermercado, la mayoría son asequibles y se pueden degustar en la seguridad del hogar. Stay at home y a zampar polvorón.

  1. Cocinar y preparar comidas/cenas especiales. Este año no seremos muchos a la mesa, puede incluso que las celebraciones se limiten a los convivientes, pero, ya sea para doce comensales o para uno solo, no dejemos pasar la ocasión de subirnos el ácido úrico con una buena ración de marisco, aunque sea con unas gambitas congeladas. Preparemos un plato especial y novedoso, de esos que llevan fruta o salsas raras. O saquemos el antiguo libro de recetas de la abuela y démosle un homenaje cocinando su receta favorita para estas fechas.

  1. Ver la retransmisión de la Lotería de Navidad. Parece poco probable que vaya a haber público en el Teatro Real, pero no habrá problema en seguir el sorteo desde casa, con los décimos y participaciones de que dispongamos desparramados sobre la mesa y ordenados por el número, a la expectativa de que uno de los niños de San Ildefonso cante aquel que nos librará de la hipoteca. Honestamente, yo no compro lotería de Navidad y, si tengo alguna participación, habrá sido la típica de los colegios para ayudar a los chavales a pagar la excursión de fin de curso. Pero confieso que este año tengo la curiosidad de ver si a los pobres niños se les entiende bien con la mascarilla, que seguro que lo hacen estupendamente, pero pondré la tele el día veintidós de diciembre para comprobarlo.

 

¿Vosotros tenéis otros rituales navideños compatibles con la pandemia? ¿Nos los contáis?

En cualquier caso, celebréis la Navidad o no, esperamos que paséis estas fechas sobrados de salud y amor.

 

Foto de portada de Any Lane en Pexels