Todos tenemos a ese amigo que se ofende hasta el infinito y más allá con nosotros si no le contestamos al whatsapp. ESE AMIGO PLASTA. Casi lo puedes escuchar en tu cabeza recriminándote: «¿Por qué no me contestas? ¿Qué haces? ¿ES QUE HAS MUERTO? ¿Qué puede ser más importante que contestarme rapi-rapidito a mi whatsapp donde sólo te puse un montón de emojis mezclados sin ningún sentido aparente? OYE UN RESPETO. ¿Me odias? ¡DIME QUE HICE PARA QUE ME TRATES ASÍ!
PESADO.
Y es que actualmente vivimos en la era de la inmediatez donde todo es para YA. Antes la gente esperaba dos semanas a recibir una carta escrita a mano de su amante bandido y tan felices: por muchos años no nos importaba si los emails tardaban un día o más en responderse. Pero ahora no. Ahora nos entra una angustia griega si no nos contestan el whatsapp en cero coma un segundo. Pero amigos, STOP YA. Basta de estar siempre tan pendientes de los demás. Es hora de que reconozcamos que hay mil y una actividades IMPORTANTÍSIMAS que hacer antes que estar pendientes a las alertas de whatsapp del móvil. Por ejemplo:
RASCARSE. Y si es despatarrado en el sofá sin pantalones, mejor. 9 de cada 10 médicos recomiendan estirar una manita y rascarse a gusto durante un rato considerable cada día mientras uno piensa en cosas trascendentales, como qué bonito el color de nuestra nueva encimera, ¿la comida para gatos tendrá sabor ratón?, qué bien quedan esos geranios en el balcón. Uno 90% de médicos no pueden estar equivocados. El otro 10% recomienda rascarse a dos manos.
TRABAJAR. Reconocido internacionalmente como el principal medio para generar dinero, trabajar es muy importante para las vidas de casi todos los adultos del mundo mundial. El dinero sirve para pagar un montón de cosas como, por ejemplo, los recibos del teléfono donde me escribes al whatsapp.
VER RUPAUL’S DRAG RACE, o el programa de televisión de tu elección (aunque RuPaul siempre será mejor que cualquiera, OKAY?) Mi programa favorito de televisión no admite distracciones ya que es muy importante tener los ojos pegados a la tele y no perderme ni el más mínimo detalle, NI LOS ANUNCIOS, fíjate.
FOLLAR. Porque si estoy con alguien que interrumpe el truqui-truqui para contestar a sus grupos de whatsapp LO ABOFETEARÍA MUY FUERTE CON UN ATÚN, yo, amichis, jamás interrumpiría el truqui-truqui por más que el móvil pete a alertas y vibraciones. En esta cama sólo vibra otra cosa, señores.
HABLAR POR TELÉFONO. ¿Pero si estabas conectado, por qué si estás conectado no me contestas al whatsapp SI ESTÁS CONECTADO? Pues porque estoy en una llamada de whatsapp, criaturilla. El mayor invento para los que queremos rajar sin gastar, DADME WIFI O NO ME DEIS NADA.
ACTIVIDADES CULTURALES VARIAS. Leer un libruqui, escuchar música, ir al cine, ir a un museo, ponerte al día con tus webs favoritas, salir a apatrullar las calles a luchar por la justicia y combatir el crimen, todo cosas cultas e importantes que nos elevan el coeficiente intelectual.
ACICALARSE. Echarme cremas. Pintarme las uñas. Depilarme. Darme una ducha que me subirá el recibo del agua. Ponerme la mascarilla en el pelo y una toalla caliente. Envolverme en el albornoz, pasearme divina por mi casa y tomarme un té. Mirarme al espejo, infinitamente, analizando cada uno de mis poros.
NADA. Así es. Nada. Porque la nada a veces es mejor que estar pendiente del whatsapp. Por más que te quiera mucho, amichi. Por más que seas muy importante para mí. Parafraseando a nuestra querida Samantha Jones: Yo te quiero amichi, pero más me quiero a mí. Y el tiempo para mí no tiene precio.
Imagen destacada: RuPaul’s Drag Race