Prefiero dormir a follar, nada más lejos de la realidad señoras, así están las cosas.

Desde que pasé los 35 me están pasando cosas muy curiosas de las que nadie me había advertido.

De repente un día me levanté y me vi pelos en la barbilla. Me di cuenta de que la piel del cuello empieza a coger formas raras cuando lo giro. ¿Y mi pelo? ¿Qué ha pasado con mi pelo? Ahora me sale pelo duro y fuerte en todos los sitios en los que no quiero que salga pelo. Eso sí, mi melena se vuelve más débil y fina con cada año que pasa.

Por si esto no fuera suficiente, ahora las resacas me duran semanas. Y no os hablo de una noche loquísima hasta las 9 de la mañana. Nada de eso señoras, os hablo de salir a tomar birras hasta las 3, volver a casa con la risa tonta y pasarme el domingo comiendo macarrones y con ganas fuertes de morir.

No sé, decían que los 30 eran los nuevos 20 pero no lo tengo tan claro. Me siento un poco estafada.

Yo siempre había alardeado de tener un gran apetito sexual y mi novio siempre había hecho comentarios jocosos acerca de “la mujer insaciable” (yo). Pero mira chica, desde hace dos años mis prioridades han cambiado.

Yo era de las que compraban vino blanco y reservaba una noche entera para empapar la sábana con su chico. Siempre he sido golosa ya tu sabeh.

Mira, cuando mis amigas me decían «Cuando llevas mucho tiempo el sexo ya no es igual» yo me sentía muy afortunada, porque llevo con mi chico 16 años y nunca nos han faltado ganas. Follar con él era el puto mejor plan de mi semana.

¿Preferir dormir a follar? ¿Qué tipo de elección es esa? Hace 5 años jamás me lo hubiera cuestionado.

Aún después de 10 años de relación y convivencia, pasaba de hacerme la comida del día siguiente si había polvo a la vista. Ya podía estar cabreada porque el miserable llevaba 3 semanas sin hacer el baño, que en cuanto me acercaba la polla al culo se me quitaban las tonterías.

Señoras, a mi me gustaba un pito más que a un tonto un lápiz. ¿Qué ha pasado?

Que me echo la manta por encima, me pongo a ver una serie y pensar en limpiarme el coño con agua fría y ponerme a sudar me echa más para atrás que un chorongo de caballo.

Lo mismo me pasa en la cama, yo me bajo las braguitas y si mi chico me quiere follar guai, pero mira, no me pidas mucha implicación que paso de moverme.
Lo cojonudo es que luego me acabo corriendo y disfruto. Yo agradezco el esfuerzo que mi novio hace follándome porque la realidad es que yo disfruto. Pero a la hora de la verdad, si tengo que elegir entre follar y dormir, prefiero dormir.

¿Tener un día de mierder en la oficina porque ayer follé hasta las 5 de la mañana? Olvídate, paso.

¿Es cosa de los 35? ¿Qué me está pasando? Hace 5 años podía pasar noches enteras follando y créeme que me iba a la oficina con una sonrisa de oreja a oreja.

Pero ahora, cada vez que me meto a la cama con mi chico pienso para mí «Ojalá no quiera follar, ojalá no quiera follar» ¿Por qué? Porque si nos ponemos a follar, vamos a ensuciar la sábana bajera, vamos a deshacer la cama entera, voy a tener que destaparme, me va dejar la corrida dentro y voy a tener que ir al baño a limpiarme y voy a perder horas de sueño.

Toda esa gestión incómoda se puede evitar si paso de follar.

Prefiero dormir a follar y señoras, no lo entiendo.

Hace 5 años era una novia petarda que le agarraba la polla a su novio TODAS las noches y le pedía mambo.

Pero desde que me he acercado a las 35 prefiero dormir, me apetece follar 1 día al mes y lubrico la mitad de lo que solía lubricar.

¿Estoy sola en esto?

 

Anónimo

 

Envía tus movidas a [email protected]