¿Sabías que Las Chicas de Oro tenían la misma edad que Carrie y sus amigas en ‘Just like that’?

 

¿Lo sabías?

En efecto, en su primera temporada, las entrañables Chicas de oro tenían entre 53 y 54 años. Y la icónica Carrie Bradshaw y sus amigas rondan los 54-55 en la recién estrenada ‘Just like that’.

Guau ¿verdad?

Es increíble el cambio experimentado en el modo en que la sociedad ve a la mujer madura.

¿Recordáis qué eran Las chicas de oro para la sociedad de finales de los 80 y principios de los 90?

Unas abuelitas.

De hecho, en la ficción, tanto Blanche como Rose y Dorothy eran mujeres viudas o divorciadas que habían tenido varios hijos y que, por supuesto, también tenían nietos. Sophia, obviamente, era toda una señora bisabuela.

Eran mujeres que se habían casado cuando tocaba y que habían tenido hijos cuando se suponía que debían tenerlos.

Mujeres maduras que se peinaban como mujeres maduras y se vestían como mujeres maduras.

No fuese a ser que alguien se llevase a engaño, ejem.

 

¿Sabías que Las Chicas de Oro tenían la misma edad que Carrie y sus amigas en ‘Just like that’?

 

Y ¿qué hay de las chicas de Sexo en Nueva York?

Pues que, con el paso de los años y con la emisión de ‘Just like that’, son la muestra y el botón del cambio social que ha habido en cuanto a la madurez femenina.

Se han casado. O no.

Se han divorciado. O no.

Han tenido hijos (mucho más tarde que sus predecesoras y en menor cantidad). O no.

Son mujeres maduras que se peinan y visten como… Eh… Espera.

Un momento.

No.

Carrie, Charlotte y Miranda apenas han cambiado si nos fijamos solamente en sus estilismos. Miranda ha aceptado sus canas, pero se mantiene fiel al mismo estilo que hace dos décadas.

Charlotte y Carrie siguen luciendo las mismas melenas, tacones, vestidos vaporosos y faldas imposibles que en la primera temporada, allá por 1998.

Están estupendas.

Pero es que las actrices que interpretaban a Las chicas de oro también lo estaban, solo que lo lucían menos.

Lo cual me lleva a preguntarme cuál es el precio que pagan en la actualidad las mujeres de cierta edad para seguir siendo eso, mujeres, no dulces abuelitas.

¿Qué es lo que tienen que hacer para seguir siendo válidas, atractivas y modelo a seguir, a ojos de esta sociedad superficial y edadista?

 

Vamos que, una vez superada la conmoción, yo, personalmente, me encuentro dividida.

Por un lado, por la alegría de constatar que, con 25 o 65, hemos asumido que las mujeres somos libres de estar solteras, casadas, divorciadas, o de ser asiduas a las aplicaciones de citas. De ser madres o de no serlo. De vestirnos como nos salga del pepe, de llevar el pelo corto, largo, de colores, blanco. O simplemente de seguir aportando, innovando, reinventándonos cada día, tengamos la edad que tengamos.

Y, por otro, temo que para ello debamos someternos a la presión de seguir aparentando 25 hasta el fin de nuestros días; de ser atractivas o, cuando menos, intentarlo.

Como si solo pudiésemos seguir siendo válidas si luchamos contra la naturaleza, el paso del tiempo y nuestras propias apetencias o, incluso, limitaciones económicas.

Como si ‘rendirnos’ a la edad deslegitimara todo lo demás.

 

Y tú ¿crees que el cambio social en la visión de la mujer madura ha sido positivo o negativo?

 

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