Hola compistrueno! Esta semana en Herstory he querido viajar a esa época tan desconocida (aunque nos creamos que no) que es la Grecia Antigua. Y es que, escribo esto en pleno día del Orgullo y me apetece mucho que conozcamos a la primera lesbiana o bisexual (tenemos misterio, Iker te necesitamos) de la Historia: Safo de Lesbos (que era una isla y de ahí viene el término Lesbiana)
Nuestra compa nace en torno al 600 a.C. y será conocida también como Safo de Mitilene (que era una ciudad de la isla) puesto que se convertirá en una de las poetisas más importantes de la Historia. De hecho Platón la llegó a considerar como la «décima musa» (las musas eran divinidades femeninas de las artes como la música, la historia, o la danza, entre otras)
Como podemos ver la figura de la poeta ha quedado entablillada entre la realidad y el mito, puesto que no conocemos tanto de esa época como de los tiempos que viviría Grecia posteriormente (pues eso: Platón, Aristóteles, Pericles y toda esa peñita guapa) y tampoco sabemos mucho de la vida personal de Safo.
Se cree que provenía de una familia noble, comerciantes de vinos, y que tenía 3 hermanos. Desde pequeña recibió educación, algo bastante raro para la época, pero claro, su familia era rollo burgués y la isla donde vivía era muy cosmopolita (como Barcelona, Ojete Calor la nombraría en su «060») por todo el tránsito comercial y, por ende, cultural que tenía.
Por lo tanto, Safo empezó a implicarse en la vida política de su región y luchó contra el Tirano que la gobernaba, pero pillaron a su banda y menos mal que no los mataron, sino que los desterraron. Sí, así señoras se conoce mundo: se pira a Siracusa (en Sicilia, Italia) y allí se sigue formando en artes, creando su red intelectual. El ¡Hola! de la época dice que se casó con un comerciante y tuvo una niña, pero poco después éste falleció y le dejó una gran fortuna.
Total que tendría morriña y 6 años más tarde vuelve a su islita (si es que el ritmo isleño es maravilloso y si no sabéis de lo que hablo preguntad a los allí vivientes, que claro, una es de Cuenca y a veces se pierde). Allí funda La Casa de Las Musas, una escuela para jóvenes aristócratas en las que les enseña artes y ¡agarráos machis! inteligencia emocional (que tanta falta nos hace). Es decir, les enseña no a ser buenas esposas, sino a ser felices con sus maridos, les enseña los entresijos del amor y el sexo sin sentido reproductivo, cultivan la danza, la música, la poesía. Más bucólico que Góngora rodeado de burros en el campo.
Además, no sólo da rienda suelta a su profesión como maestra, sino también como poeta. De hecho es una de las máximas exponentes de la Poesía Lírica (vamos, que cantaba poesía con una lira, por favor, me muero) y crea la llamada «estrofa sáfica»: escribe en dialecto eólico pero en primera persona y con temas relacionados con los sentimientos y las emociones de las pasiones, los celos, la sororidad, la vida cotidiana y las cosas intensitas (esta muchacha lee Orgullo y Prejuicio y le da algo)
Desgraciadamente conocemos muy poco de su obra, sabemos que estaba compilada en 9 libros, guardados en la Biblioteca de Alejandría y que se usaron en la enseñanza hasta el siglo XI (11 jeje), cuando se consideraron inmorales. ¿Y por qué? Porque Safo hablaba sobre sus amoríos con muchas de sus alumnas. De hecho, en la única obra que tenemos entera Himno en Honor a Afrodita, pide a la diosa que el amor de su discípula le sea correspondido.
Y claro, era una mujer culta, emocional, poeta y lesbiana o bi, así que, cientos de años después señoros de todo tipo se encargaron de modificar su recuerdo y su trabajo (la tachaban de guarrilla vamos, nada nuevo bajo el sol, ¿no?). Además, no está claro si tuvo relaciones con hombres. Se supone que tuvo varios amantes hombres como Faón (que ahora os cuento) pero no sabemos si realmente fue así, por lo que Safo sería bisexual, o fueron historias creadas por los escritores posteriores para ponerle una figura masculina al lado.
Y es que dicen que fue por un desamor con Faón (un maromo bien parecido: inserte aquí a Matthew McConaughey ) por lo que ella decidió suicidarse, tirándose desde la roca de un acantilado, aunque también podría ser por no haber encontrado la reciprocidad amorosa de una de sus pupilas.
Y hasta aquí queridas mías, llega hoy el artículo de la grandísima Safo de Lesbos y como consejo de la vida: amad mucho y que viva la sororidad, que ella estaría muy orgullosa de nosotras.