Señales que los tíos creen que envías, cuando en realidad estás pensando en croquetas

 

Sales una noche con las amigas, vais de tranquis a cenar y luego de bailoteo. Estáis en un plan de amigas, esa noche los chicos no tienen cabida, entonces ya vais en ese mood. Cuando de repente empiezan a acercarse moscones, uno detrás de otro y no sabéis qué estáis haciendo para llamar su atención. Hasta que os dais cuenta que aquello que estáis haciendo de manera natural, ellos lo perciben como una invitación a acercarse, y nada está más lejos de vuestra intención.

Las señales que ellos creen que envías son muy variopintas, aquí van las más frecuentes:

  • Una sonrisa: estás hablando con tus amigas, estás feliz, estáis de risas, entonces de repente miras por toda la sala, haces un barrido con la vista como de control. Entonces tus ojos se encuentran con los de un chico, te sonríe, le sonríes de vuelta y sigues a lo tuyo. Pero en menos de 5 minutos percibes que está a tu lado, saludándote y tú ya ni te acordabas que le habías sonreído. Pues sí amiga mía, con esa sonrisa él ha entendido que tenía vía libre.

  • Un tropiezo: vas por la discoteca, taconazo andante y de repente, te tropiezas con algo o con alguien, pides disculpas e intentas seguir tu camino, pero algo te lo impide. Te giras y ves que alguien te ha cogido del brazo, te pregunta dónde vas tan sola y sonríe, pensando que está haciendo la hazaña de la noche y que va a conseguir quién sabe qué. Entonces, le sonríes, le pides que te suelte y te vas tranquilamente, dejándolo con cara de uva pasa.

 

  • Un cubata semivacío: llega ese momento de la noche donde vais todas más contentas de la cuenta, los cubatas empiezan a vaciarse y te dura un vaso semivacío dos horas sin caer en ello. En esas estás, cuando alguien te pone un cubata delante y justo cuando vas a cogerlo, reaccionas porque tú no has pedido otro cubata. Te giras y ves a un pavo que no conoces de nada ofreciéndote un vaso de cubata y una graaaaan sonrisa como el que está haciendo el gran acto de amabilidad. El problema: esa sonrisa desaparece cuando le das las gracias pero no aceptas el cubata, de pronto se le queda una cara de rancio que no puede con ella y tu, te giras y sigues bailando como si nada. 

 

Todas estas situaciones seguro que no os son desconocidas a la mayoría de vosotras, muchas veces salir de fiesta o de tranquis es toda una odisea por todo lo que ello envuelve. Y aunque solo te vistas y arregles para ti, para tu sentirte bien y a gusto contigo misma, esto por la otra parte se percibe como que “estás buscando guerra” cuando no hay nada más lejos de la realidad. 

Por suerte, estas situaciones poco a poco se están volviendo más espaciadas algunas veces, puede que entre todas estemos consiguiendo algo. Y si no recuerda que siempre puedes comerte una buena croqueta para olvidarte de tanto besugo.

Vecky