Después de pasar bastante tiempo en una relación, nuestra vida se ha amoldado a la rutina con esa persona y cuesta un poco reubicarse en el mundo de los solteros. Pero, tranquilidad, que para eso estamos aquí, para guiarte paso a paso y hacerte ver que lo que te ocurre a ti ahora nos ha pasado a todos… ¡Bienvenida (de nuevo) a la soltería!

1. La hora de la cena da mucha pereza, así que la mitad de días la sustituyes por bolsas de papas o por comida a domicilio: el chino de tu barrio y la pizzería más cercana ya tienen grabado tu número en sus favoritos. Y lo mejor es que no tienes que negociar el menú con nadie ni la programación de la tele: tú controlas el mando.

 

2. Tienes un montón de tiempo para ti misma. Antes tenías planificado todos tus fines de semana, sabías que ibas a salir quedarte con tu pareja en casa o que había comida familiar el domingo. Ahora te cuidas más, tomas largos baños o lees hasta la madrugada, y estás abierta a planes improvisados.

3. Ahora eres la más activa de tus grupos de Whatsapp. Porque sí, ver la serie que quieres mola pero comentarla es indispensable… Menos mal que tus amigos siempre están ahí para hablar contigo de lo que sea: de la serie, de la última ocurrencia de tu jefe o para opinar sobre el vestido que te estás probando.

 

4. Pasas por una fase en la que escuchas canciones tristes a toda hora y parece que cada una de ellas hable de ti, de lo triste que te sientes, de lo sola que estás y de lo mucho que duele ese amor que se ha acabado y que ahora parece el fin del mundo. Y lloras cuando las escuchas, estés donde estés: en casa, en el coche o en la parada del autobús.

5. Intentas ligar como lo hacías antes… ¡aunque ya no te acuerdas de cómo era eso! Recuerda, en el Pleistoceno ibas a los bares con tus amigos, bailabas y conocías gente nueva… pero tus amigos ya están emparejados y no quieren salir, son de ir a cenar y para casa, y a ti no te convence irte sola por ahí. ¿Entonces? Citas on line.

 

6. Das gracias por tener amigas solteras con las que salir de fiesta, con las que pasar tardes enteras sin ningún objetivo concreto, con quien ver pelis hasta la madrugada y con las que comentar cada detalle de tus ligues.

7. Hablas con tu madre cada día porque ahora la llamas a ella durante el día cuando antes llamabas a tu pareja. La charla siempre es la misma. Tú le cuentas qué has hecho en el trabajo, ella te pregunta qué has comido y te cuenta la última batallita de tu padre… ¡Y ahora le prestas atención cuando lo hace!

 

8. Vas perdida en el nuevo mundo de las citas y aún no controlas Tinder, Lovoo, POF, Badoo o Adopta un tío. Tranquilidad porque tenemos un montón de artículos al respecto pero lo básico es esto:

  • Swipe o el básico movimiento de dedo: dale a la derecha cuando la foto te guste y a la izquierda para descartar la que no.
  • Match: hay coincidencia y los dos estáis interesados… ¡empieza la fiesta!
  • Superlike: Tinder te permite que le hagas saber a la otra persona que ¡te-super-encanta! Para eso es la estrellita azul.

9. Después del inicial periodo de desenfrenadas citas, viene un cierto cansancio y lo dejas por un tiempo. Entonces te dejas un poco, te acomodas y el pelo crece libremente bajo tus vaqueros… ¡viva la comodidad! Al tiempo toca renovar tu look: corte de pelo, limpieza de cutis, depilación y alguna pieza nueva para tu armario.

 

10. Te apuntas a cualquier plan que implique conocer potenciales parejas. Así, si una amiga te habla de una mega fiesta de solteros, id de cabeza. O anímate a ir a la cita a ciegas que te preparan esos amigos casados que están convencidos de que sois tal para cual, ¿por qué no?