Pues aunque os haga mucha gracia la expresión, la verdad es que estos señores que aparecen y desaparecen como los Ojos del Guadiana son de todo menos graciosos.

Suelen ser un poco difíciles de identificar en un primer momento. Todo va bien, todo es perfecto, os va de perlas y de repente #hastaluegomaricarmen. Y ahí te quedas tú con tu cara de monguer pensando qué cojones ha pasado. Hasta ahí podría decirse que el comportamiento es medio normal, que cagones los hay y los habrá por los siglos de los siglos amén. Entonces, ¿qué caracteriza a los hombres Guadiana? ¿Son solo unos cobardes que cuando ven que la cosa se pone seria huyen?

Para nada. Los hombres Guadiana son aquellos que vuelven como si no hubiese pasado absolutamente nada, como si hubieses estado de risas hace menos de dos horas. Son los que te mandan un whatsapp 6 meses después de haberte dejado casi con la palabra (o lo que sea) en la boca preguntándote por algo random del estilo: «¿cómo va la mañanita?«

¿Qué narices se os ha pasado por la cabeza en esos 6 meses? ¿Qué tipo de agua habéis tenido que filtrar? ¿No será que os acojonasteis y ahora de repente os pica la cola? PREGUNTO.

Porque vale que lo de recular está permitido, que todos tenemos el derecho a confundirnos y volver con el rabo entre las piernas, pero amigos, así no se hace. No se vale hacer bomba de humo y de repente, un miércoles a las 14:35 volver como si no hubiese pasado absolutamente nada. Si pretendes zanjar la relación, del tipo que sea, que tengamos; ten las santas narices de dar algún tipo de explicación.

El trasfondo chungo de todo esto no es solamente la jeta que tiene el señor en cuestión; la movida es que la mayoría de las veces nos dejan tan sumamente locas con sus apariciones estelares que picamos en la trampa aunque solamente sea por curiosidad, por saber qué paso o porque aún seguimos haciendo palmas con el chichi. Pero es que amigas, VUELVEN A DESAPARECER y por mucho que tú estés preparada te la vuelven a colar.

No podemos evitar que haya gente que se comporte así, pero lo que sí podemos hacer es evitar caer como moscas ante semejante truqui. Amigas, STOP A LOS SEÑORES GUADIANA. Si hacen chas y aparecen a tu lado haz el favor de cerrarles la puerta en las narices. Si se cago una vez, lo va a volver a hacer y si no es el caso, que te lo demuestren; pero en ningún caso estés esperando tú a que vuelvan.

Imagen de portada: Photo by Sylvain Reygaerts on Unsplash