Yo no era muy fan de jugar con la puerta de atrás, pero conocí a mi chico y poco a poco fui yo quién le pedí probar, y con el tiempo (no siempre ni en todos nuestros encuentros) quien tomaba la iniciativa en el sexo anal.

¿Cuál fue el problema? Me quedé embarazada, tuve a mi hijo y empezaron las temidas hemorroides. Y ahí empezó mi dilema, ¿ahora no podré volver a tener sexo anal?

Lo primero es que yo me vi en un mundo de dolores, de pesadilla al ir al baño y de sangre del que yo pensaba que no iba a salir nunca. Pero al final todo pasa, todo mejora y las cosas (con paciencia) vuelven a su sitio. Y el cuerpo también.

Y cuando el cuerpo vuelve las ganas de mambo también. Cuando volví al ruedo y me encontré con la confianza suficiente lo volví a intentar y todo salió bien, pero con ciertas pautas. Y por eso, por si puedo echarte una mano o simplemente por compartir mis consejos contigo, para cuando quieras volver a tocar tu parte oscura y pero sufriendo de hemorroides te voy a decir lo que me sirvió:

-Primero y muy importante: ni se te ocurra hacer nada si estás en un momento en que tus hemorroides estén alteradas. Todos sabemos que esto es como una ola, viene a molestarnos y luego con mimos y cuidados nuestro culito mejora. Y luego volverá cuando menos te lo esperes. Por eso, cuando no te encuentres bien ponte una bandera roja y no dejes que nada ni nadie entre en esa línea prohibida.

-Usa mucho, muchísimo lubricante especial para la zona. Si puede ser de silicona o con  aloe vera mejor que de un lubricante normal a base de agua. Aguantan más, ya que al no tener una lubricación natural en el ano necesitamos de una ayuda extra.

-Huye de cremas o lubricantes relajantes. Lo que va a hacer es dormir tu cuerpo y no vas a controlar si se hace un daño o no. Va a anestesiar la zona y lo que necesitas es sentir para ver si va todo bien o no.

-Paciencia, tiempo y dejarse llevar. Olvídate del reloj, de las prisas y de querer que entre cuanto antes. Si hay que echar media hora mejor que en dos minutos y mal.

-Cuanto más cachonda estés, mejor. La excitación te ayuda a relajarte y a no sobre pensar. En resumen: que estés tan mojada como si vinieses de correr una maratón en Sevilla, si estás así todo irá bien.

-Siguiendo el punto anterior, una buena comida de coño nunca está de más. Y si luego la cosa se extiende por atrás pues mejor que mejor. Si van a introducir cositas por ahí, ¿por qué no dejar que te lo coman antes?

-Cualquier mínima molestia para. Aquí no vale aguantar y sufrir luego en silencio. Si te duele es tan simple como parar, deberíamos tener esto siempre en mente en todas las prácticas sexuales, pero más aquí. A el dolor hay que escucharlo y ponerle límites, (que aquí no estamos jugando a ser Ana con su Christian Grey).

-Protégete después. Date cariñito y alguna cremita que pueda ayudarte, que te hidrate y prevenga. Todo cuidado es poco.

En general, siguiendo estas pautas yo pude volver a practicar sexo anal sin problemas. Siempre que quieras y estés preparada… ¡lánzate a por ello con cuidado y placer!

 

Whirlwind