Hace poco una chica pedía en el foro opiniones reales y sinceras para saber qué se perdía verdaderamente si decidía no ser madre. Había respuestas interesantes, pero tanto en ese debate como en otros, extraigo dos posiciones mayoritarias:
- Formar una familia y tener hijos.
- Tener éxito laboral y viajar por el mundo.
Parece que no hay otros itinerarios válidos que seguir en la vida y se da por imposible la coexistencia de ambas vías. Quien lo consigue todo es automáticamente erigida como superheroína, como si hubiera alcanzado la vida plena. Como si formar familia sin tener que renunciar a nada (prosperar en el trabajo, viajar) fuera la receta a la que todo el mundo tuviera que aspirar.
A mis 37 años, prácticamente tengo descartada la maternidad. Con esta edad y con el camino despejado de grandes responsabilidades, cabría esperar que tuviera un buen puesto con sueldazo que gastar únicamente en mí, y medio mundo ya recorrido con cientos de aventuras que contar. Mi realidad es otra:
- Trabajo como autónoma y mi gran logro es haber conseguido reconocimiento y estabilidad con horarios flexibles y movilidad, pero sigo siendo pobre.
- Sin mucho dinero y sin tener en quien delegar mi trabajo, mis opciones de viajar están muy limitadas.
Así que una no puede evitar tener cierta sensación de fracaso cuando ve debates en torno a las dos únicas opciones que parecen deseables.
Me he dado cuenta de que todo se polariza. Somos muy vehementes a la hora de dar nuestras opiniones, sea de cualquier tema nimio o sea sobre algo trascendental: desde preferir la tortilla de patatas con cebolla o sin ella a tener hijos o no tenerlos. Necesitamos validar nuestras posiciones continuamente y, para eso, confrontamos con mucho brío, a veces, de manera poco respetuosa. Solemos plantearlo todo como A o B, y eso tiende a invalidar otras posibilidades.
Los logros
Algún día dejaré de llevarme a lo personal lo que escriban en internet personas que ni conozco. Por el momento, me conformo con definir lo que para mí son logros y un estilo de vida ideal.
Ni tengo hijos, ni puestazo hiperreconocido ni grandes viajes por trimestre, pero hay algo que sí tengo y que es lo que más valoro en el mundo: calma y paz.
Me sobrepasaría tener un/a hijo/a por el que sufrir 24/7, porque soy una intensa.
Me sobrepasaría tener un trabajo de mucha responsabilidad con el que vivir estresada.
Me sobrepasaría hacer maletas continuamente por tener que organizar, los trayectos y resto de molestias que supone un viaje. Y tampoco es que me valga cualquier destino, porque los sobreexplotados por el turismo masivo están descartados.
Años y años me ha llevado definir mi propio itinerario y estilo de vida ideal:
“Vivir de manera independiente, en calma, con ilusión y motivación por las nuevas metas y con la posibilidad de realizar con asiduidad actividades que satisfagan mi curiosidad y mis ganas de crear”.
Sobrevivo de forma independiente.
No vivo sometida a prisas, estrés ni sensación de no llegar, sino con tranquilidad, poco a poco, con tiempo que dedicarme a mí misma.
Vivo con ilusión y motivación por las nuevas metas que me voy poniendo, y que son mi motor en el día a día.
Me doy tiempo diario para hacer actividades que me apasionan, relacionadas con la creatividad.
Estoy donde quiero, aunque no donde socialmente se esperaba.
Comparto algo que es muy personal, pero me encantaría saber si otras personas están en una situación similar y se han sentido igual. ¿Tú tampoco encajas en ninguno de esos dos itinerarios que parecen obligatorios? ¿Cómo has definido tu propia idea de éxito y de estilo de vida ideal? Os leo.