En Disney las malas malísimas son las madrastras, pero porque a nadie se le ocurrió poner a una suegra en protección de su hijo.

Mi situación es la siguiente: estoy en trámites de divorcio y resulta que mi suegra es la que lleva todas las gestiones de mi casi exmarido. A simple vista, esto te hace pensar que mirará por su hijo y querrá que todo se lo quede él, pero no, en este cuento el príncipe es manipulado por su propia madre.

La cosa está en que el otro día fuimos a hacer uno de los miles de trámites de todo este proceso, y escuché a nuestras abogadas hablando:

‘¿Te puedes creer que en este caso he hablado más con la madre de mi cliente que con él? Es ella la que está decidiendo todo el trámite.’

Ahí fue cuando el ruido de miles de copas de cristal explotando resonaron en mi cabeza. Ahora todo cobraba sentido. En los últimos días, él se quejaba de que algunos de los acuerdos previos que habíamos tomado, no le parecían justos, pero claro, el papel ya estaba firmado. Yo no entendía nada, pero resulta que todo lo ha decidido su maravillosa madre sin consultarle a él qué quiere o prefiere. Ella ha tomado las riendas y está decretando lo que le viene en gana. 

¿No debería ser él el que tomase todas las decisiones?

Mi teoría es que, como él ya está con otra persona, su fantástica madre ha movido hilos para dejar nuestra historia como algo paralelo y que pueda empezar de nuevo. Puede que no hayamos funcionado como matrimonio y que el ser padre se le haya quedado grande, pero no es motivo para boicotear a tu propio hijo por mucho que en tu mente sea lo más correcto, y menos si tienes a tu nieto de por medio.

Me pone muy triste pensar que mi hijo le sobra en su vida, porque si es por mí, me la trae al pairo, pero que su propia abuela piense que es mejor que nene sea solo cosa mía, es algo complicado de digerir.

Ironías de la vida, cuando hablo con él directamente y nos intentamos repartir las cosas con coherencia, me llegan casi de inmediato correos electrónicos de su abogada donde me pide que devuelva regalos como joyas, álbumes de fotos y otros detalles que se deberían quedar entre nosotros, porque para eso fuimos pareja bastante tiempo.

Si me aceptas un consejo, vale la pena que, si estás en medio de un divorcio, te sientes a hablar con tu expareja y dejéis vosotros las cosas claras. No es fácil y es un momento en el que querrás morirte, pero la comunicación es fundamental hasta el final de una relación. Si no lo haces así, habrá gente que interfiere y eso ya será la muerte.

 

Anónimo