Hasta hace unas semanas viendo un artículo no tenía ni idea de lo que eran las red flags. Yo, que estaba convencidísima de que era una persona abierta y sin ningún impedimento para conocer a las personas, me di cuenta en ese momento de que en realidad tenía muchísimas banderas rojas en mi cabeza. 

Para empezar a analizar un poco todas las red flags que tenía inconscientemente, investigué más a fondo el tema. Se conoce como red flags a las cosas, acciones, palabras o cualquier cosita que te haga desconfiar de una persona (estés o no en una relación) y que esto conlleve que no quieras seguir conociéndola. Bien, perfecto. Me puse a ver ejemplos por las redes sociales porque al parecer hubo un movimiento en TikTok sobre este tema y yo no me había enterado. ¡Madre mía! Vídeos y vídeos después me analicé y me di cuenta que estaba llenísima de red flags que sin yo saberlo que me hacían descartar personas inconscientemente. De aquí me fui a Twitter donde mi paranoia se volvió mucho más grande. Este tema empezó a ser uno de los principales puntos de mis conversaciones con mis amigos hasta el punto de ser terriblemente pesada, preguntado a todo Cristo sobre si tenían o no red flags. 

Os voy a poner algunos ejemplos de red flags que no puedo pasar por alto y que se han instaurado en mi cabeza de tal forma que son filtro de chicos hoy en día:

  • Los jejeje. 
  • Las faltas ortográficas.
  • Que no le guste la cerveza.
  • Que use gifs en vez de stickers. 
  • Que no tengan higiene bucal.
  • Los tatuajes talegueros. 
  • Que le guste el rap (no me digáis por qué pero es un género musical que no me gusta nada).
  • Que se justifique diciendo: “es que yo soy así”.
  • Que diga: “mi ex estaba loca”.
  • Que no tenga afán de superación.
  • Que vista Cayetano.
  • Que le cambie el humor dependiendo de cómo vaya el partido de fútbol (o el deporte que sea).
  • Que no le guste Shrek. (¿A quién no le gusta Shrek?).

Y como estas tonterías otras tantas. Por no hablar de las personas racistas, homófobas, clasistas, hipócritas, misóginas, transfóbicas, etc. Este tipo de personas no las cuento como banderas rojas sino como algo mucho más fuerte. 

Todo esto me llevó a cuestionarme cuáles podrían ser los casos que yo si podría pasar por alto y que en realidad son tonterías y caprichos por idealizar a una posible pareja. Es decir; qué red flags tenía yo que podía convertir en green flags. Llegué a la conclusión que todo esto era una tontería increíble pero que de todas las banderitas rojas (las que no son taras fuertes como las que mencioné antes) sólo había una que no podía dejar pasar: que no le guste Shrek. 

¿Y vosotr@s? ¿Tenéis red flags?

 

Sandra Regidor