Cuando estamos pasando una mala racha, optamos por norma general a buscar apoyo en nuestro círculo cercano: contamos nuestros problemas, nos liberamos, y esperamos encontrar de vuelta un apoyo incondicional que nos ayude a sacar el pie del barro y seguir adelante.

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El problema es que, cuando estamos sumergidas en la mierda, y lo que es peor aún, cuando no queremos salir de ella (no hay peor ciego que el que no quiere ver), todos los consejos del mundo nos parecerán absurdos e idiotas. Y esto es así, aquí y en la Conchinchina.

Si tú también eres de las que tropiezan con la misma piedra cada dos por tres, de las que saben que van en dirección contraria y les da igual, hoy te traigo 4 frases (sabias, aunque en el momento no lo creas) que seguro has tenido que escuchar en más de una ocasión. Y a las que, no, nunca haces caso. 

  • Tía, no te rayes

Este consejo universal encabeza mi lista de consejos a los que NUNCA hacemos caso. Lo digo yo, lo dice la vecina del quinto, me lo dice mi compañera de trabajo y, si te descuidas, me lo dice hasta mi perro cuando ve que estoy de mierda hasta arriba.

Cada vez que me lo dicen (que no son pocas), me imagino a una gran neurona en mi cabeza poniendo a trabajar a todo un séquito de neuronas más pequeñitas para desconectar un cable o yo qué sé.

Y no, no sirve de nada que nos digan que no nos rayemos. Sea cual sea el motivo, seguirás rayada hasta que el problema desaparezca. Y eso, amiguis, puede ser mucho tiempo. Y hablando de tiempo….

  • El tiempo todo lo cura

Sí, el tiempo todo lo cura. Y el tiempo es un buen consejero. Y el tiempo pone a cada uno en su lugar. Pero, ¿sabéis qué? Que el tiempo también es devastador.

Y cuando estamos enganchadas al veneno, ahogadas en el peor de los barrizales, solo vemos el tiempo como al peor de los enemigos. El tiempo será quien alargue innecesariamente el dolor, el tiempo será quien nos haga abrir los ojos a una realidad que no queremos ver.

Pero, aunque cuando nos lo digan hagamos oídos sordos, lo cierto es que sí, el tiempo todo lo cura. Eso sí, ¿tenemos que poner un poquito de nuestra parte, eh?

  • No le escribas, que seguro que te escribe él

Este consejo de best friend es uno de mis favoritos, porque el 99,99% de las veces falla. Y quien lo dice, lo sabe. Y quien recibe el consejo, también. Pero oye, es una de las frases más repetidas de la humanidad, seguro.

Lo cierto es que: o jamás te vuelve a escribir, o terminas escribiéndole tú a la salida de un pub, con cinco cubatas de más, unos graditos de dignidad de menos, y el rimmel corrido de tanto llorar.

Pero al final, las aguas vuelven a su cauce, la mar se calma, las piedrecitas vuelven a su lugar. Dejará de escribirte, dejarás de lamentarte cada sábado de madrugada, dejarás de escribir whatsapps inconexos que al día siguiente mirarás con temor, y todo quedará en una anécdota digna de recordar en una tarde de risas entre amigas. 

  • Olvídale ya, no merece la pena

Versión número 2 del consejo “No le escribas, que seguro que te escribe él.” Siempre suele salir de la boca de una de tus mejores amigas, que sabe lo que hay, que ve lo que tú te has emperrado en no ver, porque no te da la gana, porque el inexplicable halo de luz que ves a su alrededor te tiene completamente cegada.

Sé que es difícil, pero cuando esta sabia y linda perlita salga de la voz de tu conciencia (porque sí, las amigas son la voz tu conciencia), hazle caso. Huye.

Estos son solo algunos de los sabios consejos que salen del corazoncito de nuestras mejores amiguis, y a los que debiéramos hacer caso SIEMPRE. ¿Y por qué no lo hacemos? Porque, como todas las verdades en esta vida, duelen. Y mucho.