¡Hola! Aquí está vuestra profe de natación de confianza para hablaros de algo que ha observado a lo largo de sus años de experiencia y de hablar con otras muchas profes: podemos clasificar a las mamás en grupos y de verdad que no quiero que nadie se ofenda, pero seguramente si eres mamá y llevas a tus peques a actividades extraescolares pertenezcas a alguno de estos grupos. Claro que podría incluirse a los papás también, pero sinceramente, veo bastantes más madres que padres en la piscina en la que trabajo:

 

Mamá sobreprotectora: normalmente tiene sólo un hijo, suele ser el primer año que lleva a su peque a natación y si la dejásemos se metería en el agua con nosotras. Se siente demasiado insegura como para llevar ella sola a su peque a la piscina, pero tampoco se fía del todo de las monitoras. Se preocupa en exceso si el niño tose, si cree que está cansado, incluso algunas ha llegado a interrumpir la clase para llevarse a su niño durante su primer día si le han visto llorar. ¿Mi recomendación? Está genial preocuparse e interesarse por las clases, pero ¡tranquila!, somos profesionales, tu hijo está en buenas manos.

Mamá pasota: No sabe quién es la profe de su hijo, a veces ni siquiera a qué club le ha apuntado. ¿Que pones al crío en el nivel más básico? Le parece genial. ¿Que crees que tiene nivel para pasarle a un nivel más alto! Pues vale. ¿Que lleva dos años y sigue en el mismo grupo porque se porta fatal y no avanza? ‘’Total, mientras se canse’’. La versión más extrema e infrecuente (por suerte) de este tipo de mamá es la que además de todo esto te lleva al niño tarde, acude después de la hora a recogerle y puede estar semanas sin llevarle porque ‘’es que no le apetecía venir’’. Que oye, en serio, genial que dejéis libertad a los profes, pero leches, implicaos un poco.

 

Mamá súper equipada: Te lleva a la niña de 2 añitos con neopreno, toalla, gafas de bucear, chanclas, bañador, gorro de silicona, calcetines antideslizantes y ki-flot y no te acopla unas aletas porque no hay de un número tan pequeño. La niña acaba con las gafas por ahí tiradas porque le quedan enormes y le molestan, con un calcetín y otro no y llorando porque el gorro de silicona le aprieta. Normalmente algo se acaba perdiendo y encima echan la culpa a la profe, ¡como si no tuviera bastante con hacerme cargo de un montón de bebés en el agua! Mi consejo es que cuando apuntéis a los niños preguntéis qué equipación necesitan, y si tenéis dudas sobre por ejemplo tipos de gorro, en serio, preguntadnos, que para eso estamos.

 

Mamá despistada: Cuando no se la olvida coger las chanclas, se la olvida la toalla, y si no, se despista y se presenta cuando ya ha terminado la clase. Por norma general son mamis que tienen más de un hijo, van corriendo a todas partes y tienen un cacao de horarios, actividades, cumpleaños, cosas del cole y demás. Lo único que puedo recomendar a este tipo de mamis es que busquen un ratito para ellas, que se lo merecen.

Mamá tirana: Por supuesto que sabe mejor que tú cómo hacer tu trabajo y no dudará en gritártelo desde la grada si hace falta. Hay dos versiones, una especie de mamá sobreprotectora elevada al máximo y otra que parece olvidar que su hijo está aprendiendo un deporte, no en un equipo de alto rendimiento. La primera te chilla si cree que su hijo hace algo que ella considere peligroso: bucear, saltar, si se resbala y se cae…la otra pretenderá que exijas a sus nenes y que le quites cualquier elemento divertido a las clases. Una llegó a decirme que su hija de 5 años no necesitaba nadar cun churro para nada, que con ella sólo usara material ‘’de verdad’’. En fin.

Mamá habladora: ¿Que su peque pasa cerca de la grada? Le llaman para hablar con él. ¿Que pasa la profe? También la llama para comentarle cualquier cosa. ¿Que coincidís en el vestuario? Te cuenta toda su vida en poco rato. Suelen ser mamás muy majas y da gusto con ellas, pero porfa, no me distraigáis a los niños durante las clases.

 

Mamá déspota: Si coincides con ella en el vestuario ni te mira a la cara. Ni siquiera te pregunta por cómo van sus niños, simplemente si considera que no haces bien tu trabajo cambia al peque de club o de deporte y ya está. Si tiene que hablar algo contigo es para criticar con aire de superioridad. Por suerte no he encontrado muchas mamás así, pero creedme si os digo que entre profes hablamos de todo, y antes de que quieran cambiar a su hijo de club ya se las conoce. Parecen olvidar que las profes merecemos tanto respeto como ellas y que estamos ahí para enseñar y cuidar a sus hijos.

 

Mamá de niño especial: Su hijo no se porta mal, es que la profe le tiene manía. Su hijo no es enreda, es que se aburre. Si su hijo pega a otro niño será porque algo ha hecho. Si su hijo no avanza no es porque no haga ni caso a la profe, o porque simplemente no se le dé bien esa disciplina, es que los profes son unos inútiles. Hemos tenido un par de casos extremos en que esas madres han hecho bomba de humo y han desapuntado al niño sin pagar la mensualidad: en esos casos, avisamos al resto de clubs, y cuando preguntan les dicen que los grupos están completos. Lo siento por los niños, pero menudo ejemplo llevan.

 

Mamá implicada: Conoce a las profes por su nombre y pregunta por los avances de su hijo con cierta frecuencia. Si su hijo se porta mal es la primera que le regaña al terminar la clase, le hace disculparse si se pasa demasiado y es comprensiva con el hecho de que tengamos un montón de críos. Si tiene alguna duda o sugerencia te la hace llegar de buenas maneras y siempre dejando claro que se fía de tu criterio. Sin duda, la preferida de cualquier profe.

 

¿Y tú, te reconoces en alguno de estos grupos?