‘Prefiero que me dejan a dejar a alguien’. Esta es la frase clave para saber que alguna vez hemos roto un corazón.

La sabia Ana Milán incluyó, en uno de los capítulos de su serie, una escena en la que se reencontraba con un viejo amor al que quiso con locura, pero lo trató como una mierda.

Y sí, estas cosas pasan. Somos tan estúpidos a veces que hacemos daño a quien más amamos y a quien menos se lo merece. El protagonista de la escena lo expresó perfectamente ‘todos hemos sido el hijo de puta en la vida de alguien.’

Si por algún casual estás pensando que no es tu caso, haz memoria, por favor. ¿Nunca le has dicho que no a alguien de tu clase? ¿Jamás has hecho ghosting a un pesado o pesada que te pidió el número en una fiesta? ¿En la vida has bloqueado a un contacto en WhatsApp?

Cabe la posibilidad de que haya algún alma cándida que responda un triple no, pero sería raro, la verdad.

Este hecho no solo está vinculado al amor, sino que lo podemos extrapolar a relaciones familiares, con amigos o incluso en el trabajo.

Quien diga que siempre es buena persona, que no critica y que no hace las cosas con doble intención, ¡miente!

‘¿Has visto que corte le he dado?’

‘Se merecía que la dejara el novio.’

‘Se cree más importante de lo que es’

Esto es solo un ejemplo de comentarios de alguien que opina de otro alguien. Si ahí no hay maldad, que me lo expliquen.

Cuando zanjamos una relación de manera drástica, da igual del tipo que sea, comprendemos que la otra persona lo puede estar pasando mal y empatizamos más ella. Sin embargo, ¿Quién pregunta por el que ha dado el paso?

¿No es injusto pensar que solo lo pasa mal el abandonado y no quien ha tomado la decisión? Aquí es cuando volvemos al inicio y quien ha tomado la dura decisión de zanjar pasa a ser el ‘hijo de puta’, pero siempre es mejor conocer las dos versiones antes de catalogar a nadie de nada.